El proceso judicial inició el 16 de junio del año pasado, cuando Carlos Enrique Rodríguez Ramos, Liliana María Osorio Montoya, Jonatan Rodríguez Osorio y Jaiber Alirio Hurtado Ramírez, fueron capturados por el Gaula de la Policía en Pereira, luego de que fueran a reclamar un dinero, que para ese entonces fue reportado como una extorsión.
Para esa fecha, las autoridades competentes tenían la información de que un religioso radicado en Estados Unidos había sido extorsionado por estas personas a través de llamadas y correos electrónicos, donde le exigían el efectivo si no quería que hicieran públicos varios videos que lo comprometían con Jonatan Rodríguez.
El día de la audiencia que se realizó el 17 de junio, los investigados no aceptaron los cargos de tentativa de extorsión y fueron enviados a prisión. Con el pasar del tiempo debido a que ellos residen en Bello (Antioquia), los trasladaron para allá.
En el juicio oral y público que se adelantaba en contra de los procesados, demostraron que eran inocentes y por ello el pasado 16 de mayo un juzgado emitió fallo absolutorio para todos y quedaron la libertad.
A las 4:00 de la tarde del 20 de junio les confirmaron la decisión en la lectura del fallo.
¿Cuál fue el motivo?
Cuando Jonatan tenía 15 años, según su testimonio, tuvo relaciones con el sacerdote
Cuando Jonatan tenía 15 años, según su testimonio, tuvo relaciones con el sacerdote y debido a que él lo trató bien y hasta ofreció darle una casa, el joven inició una cercanía con el cura.
Años después de haberle hecho esa promesa, Jonatan le comentó a sus padres el regalo que les iba a dar el clérigo y por ello contactaron a su amigo Jaiber Alirio para que les ayudara a escoger la vivienda. En el mes de junio del año pasado, las 4 personas viajaron a Pereira por los $90 millones que el religioso les había enviado a través de otra persona para cerrar el negocio.
Pero una prueba los llevó a la libertad, pues entre los documentos que los procesados presentaron para demostrar su inocencia, está una promesa de compraventa firmada el 12 de junio de 2013, entre ambas partes.
En el escrito aparece que de manera voluntaria el sacerdote que ahora es investigado por su aparente mal proceder, le dio como regalo-donación la suma de $90 millones para la adquisición de una casa con el fin de mejorar así su calidad de vida.
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