
Un nuevo intento por desmontar el controversial impuesto 4×1000 ha iniciado su camino en el Congreso colombiano, esta vez con una propuesta estructurada para eliminarlo de forma progresiva. La iniciativa, que ya fue aprobada en primer debate en la Comisión Tercera de la Cámara de Representantes, promete aliviar la carga tributaria sobre ciudadanos y empresas, estimular la economía e incentivar la formalización del sistema financiero en Colombia.
¿Qué es el impuesto 4×1000 y por qué es tan polémico?
El Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF), conocido comúnmente como 4×1000, fue creado en 1998 como una medida temporal para atender una crisis financiera. Sin embargo, se convirtió en una fuente estable de ingresos para el Estado colombiano y ha permanecido vigente por más de 25 años.
Este tributo grava con 4 pesos cada 1.000 pesos que se retiran o transfieren desde cuentas bancarias. A pesar de que existen exenciones para movimientos menores a $17.429.650, sigue siendo una carga económica significativa para personas naturales, pequeñas y medianas empresas, comerciantes y emprendedores.
Desmonte gradual del impuesto 4×1000 desde 2027 hasta 2035
El nuevo proyecto de ley propone una eliminación progresiva del 4×1000, iniciando en 2027. Según la propuesta:
- En 2027, la tarifa se reduciría de 4 a 3,75 pesos por cada mil.
- En 2028, bajaría a 3,5.
- En 2029, llegaría a 3 pesos por mil.
- Esta disminución continuaría anualmente hasta alcanzar cero en 2035.
El congresista Christian Garcés, uno de los promotores del proyecto, aseguró que se trata de “una propuesta responsable para impulso de la reactivación económica, aliviar carga a empresas y emprendedores, fomentar la inclusión financiera y lo más importante: sin afectar las finanzas del país”.
Impacto del 4×1000 en la economía y la formalidad
El impuesto ha sido fuertemente criticado por expertos y académicos debido a su carácter regresivo y su impacto negativo en la economía formal. Jorge Iván Quintero, docente del programa de Economía de la Universidad Libre (seccional Pereira), explicó que el tributo promueve la informalidad financiera y afecta principalmente a quienes más transacciones realizan, como las empresas.
“El alto costo de este impuesto conlleva a que muchos contribuyentes eludan este pago, pagando en efectivo, por ejemplo”, afirmó Quintero. Según su análisis, esto afecta la bancarización, lleva a muchas personas a guardar dinero en casa y, en casos como el de los comerciantes, se paga impuesto sobre impuesto: cuando venden, recaudan IVA y al retirar ese dinero del banco, también se les cobra el 4×1000.
Además, el profesor destacó que este tipo de gravamen no es común a nivel internacional: “El GMF o 4 por mil no es un impuesto muy común en los demás países. Las razones: su regresividad fiscal. Ni contribuye a la formalización de los comerciantes”.
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El largo camino para derogar el 4×1000
Aunque la propuesta ya superó un primer debate, aún debe pasar por tres más: uno en la plenaria de la Cámara de Representantes y dos en el Senado. El desmonte del 4×1000 ha sido una promesa recurrente en varias reformas tributarias, pero siempre termina archivado por el peso que representa su recaudo para las finanzas nacionales.
Actualmente, el impuesto 4×1000 genera billones de pesos al año para el Estado, lo que lo convierte en una fuente de ingresos difícil de reemplazar. Sin embargo, sus efectos negativos sobre la economía formal, la equidad tributaria y la inclusión financiera lo mantienen en el centro del debate.
¿Qué beneficios traería la eliminación del 4×1000?
Entre los beneficios esperados con la eliminación de este gravamen están:
- Aumento de la inclusión financiera
- Reducción del uso de efectivo y del dinero informal
- Incentivo para emprendedores y pequeñas empresas
- Disminución de la carga tributaria sobre los ciudadanos
- Mayor transparencia y control financiero
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