El País | Cali | 26 AGO 2014 – 2:58 pm
Si usted es de los que suele usar su vehículo particular para recorrer las calles de Cartago, hacer diligencias o ir al trabajo, este tema es de su interés, pues las zonas de parqueo o azules, ni son tantas como parecen, ni tienen una tarifa fija estipulada.
Recuerde que los horarios de funcionamiento de las 50 zonas azules de Cartago es de 7:30 a.m. A 6:30 p.m. En la noche los cobros no están autorizados
Dichas zonas azules, que fueron aprobadas por el Concejo Municipal en el año 2009, tenían en principio el fin de contribuir socialmente al sostenimiento de dos asociaciones que trabajan con discapacitados en la ciudad, Asorcar y Adiscasir, pero a esa última le fue retirado el convenio hace dos años por problemas en su administración, según dio a conocer el Instituto de Tránsito.
Así, según esa entidad, en total la ciudad cuenta con 50 zonas de parqueo con cobro permitido, de las cuales la mitad está a cargo de la Asociación de Sordos de Cartago, Asorcar, y el resto del instituto descentralizado.
Sin embargo, basta con darse una vuelta por las calles de Cartago para darse cuenta de que el panorama es muy diferente al aprobado por el Concejo Municipal, ya que hay varias zonas que están en manos de particulares, cuyo cobro por parqueo ni va a la cuentas del municipio, ni de ninguna organización con fines sociales.
Al respecto, Aceneth Loaiza, sub directora operativa del Instituto de Tránsito, indicó que esa entidad conoce la problemática, pero que el recuperar esas zonas es complicado porque la mayoría de quienes las explotan económicamente son desempleados o padres cabeza de familia, que hacen uso de su condición para no entregarlas.
“Es un proceso muy complejo. Hemos intentado recuperar esas zonas, pero hay incluso personas que usan la violencia para evitarlo y el Instituto no está en condiciones, ni cuenta con el personal para hacerle frente a esa situación”, agregó Loaiza.
La funcionaria, también explicó que a la negativa de retirarse del lugar, por parte de quienes no están autorizados para laborar allí, se suma la costumbre ciudadana de pagar por un servicio que no es legal.
“Esa es la raíz del problema, pues la gente se acostumbró a pagar donde no tiene por qué hacerlo, y eso resulta lucrativo para quienes se apoderan de esos sectores”, agregó la subdirectora operativa.
Lo anterior, teniendo en cuenta que, según un estudio realizado por Tránsito Municipal, hay algunos sectores como el del Centro de la ciudad, cuyo recaudo deja en promedio a los controladores unos $20 mil o $30 mil diarios.
Pero otra cosa piensan los usuarios de estos lugares, quienes muchas veces por temor a ser violentados por los controladores informales, pagan por un servicio que no pidieron.
“Uno se da cuenta de que no es una zona donde tiene que pagar, pero vaya y no le dé una moneda al que se adueñó de la calle y se le arma un problema. Es que dar plata en cada esquina se volvió casi una obligación para los cartagüeños y un negocio redondo para los que se hacen allí”, indicó Gloria Inés Arango, una de los tantos usuarios de las zonas de parqueo de esta ciudad.
Así, mientras unos pagan por temor a ser atacados, otro lo hacen por desconocimiento, pues no todas las zonas azules están demarcadas, ni los controladores portan una identificación. De hecho, en algunos casos, quien hace control en el sitio permitido no es el mismo que aparece en la escarapela, como lo constató este semanario.
Incluso hay zonas, algunas legales, que funcionan en horarios adicionales a los establecidos por el Instituto de Tránsito que va desde las 7:30 a.m., hasta las 6:30 p.m.
En ese sentido, tenga en cuenta que si le cobran por el parqueo en una zona azul en horas de la noche, usted no está en la obligación de cancelar cualquier valor, aunque la persona esté identificada como controlador autorizado.
De esta manera, la problemática de la invasión y explotación del espacio público parece tener tanto de largo como de ancho, y su recuperación en las zonas no permitidas podría demorarse unos años más.
Mientras tanto, usted con lista en mano (ver recuadro), puede negarse a pagar a quienes no tienen el permiso para controlar el sitio de parqueo, así como la obligación de hacer el aporte, cuyo valor es voluntario, a quienes de día cuidan sus vehículos legalmente.
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