Después de escuchar el encuentro de la gobernación con los distintos sectores organizados del municipio de Cartago, me queda un gran sinsabor.
Básicamente, son dos los motivos del mal sabor de boca que tengo atravesado en la garganta:
Primero, la gobernación se acerca al norte del valle y específicamente a Cartago, a escuchar las propuestas que desde los distintos sectores se proponen para mejorar la calidad de vida de los cartagueños y nortevallecaucanos, y eso está bien; lo malo es que de todo ese maremágnum de propuestas, la gobernación deja claro que se prorizará y se invertirá en las más importantes; ahí, precisamente, es donde no cuadran las cosas.
Si viene la gobernación a escuchar las problemáticas de la mal llamada subregión norte (sub=bajo) debe priorizar no solo lo que a los funcionarios de la gobernación les parezca, no, debe tener en cuenta todo lo que los distintos sectores mencionan como necesidades de la comunidad. En esta provincia abandonada del norte del valle, esperamos mucho más de la persona que se siente en el confortable sillón de la gobernación.
Esto me recuerda que el año anterior, la gobernación envió incentivos a algunas instituciones para fomentar la cultura, contratando personal e instrumentos para impulsar la música del pacífico en Cartago, desconociendo la cultura paisa y antioqueña del norte del valle. Así, son las cosas con la gobernación, no lo que necesite el norte del valle, sino lo que se decida en Cali.
Segundo, está bien que se mencionen toda esa cantidad de necesidades por parte de los distintos sectores de la ciudad, pero son tantas y de tantas clases, que la gobernación simplemente, le sacará el cuerpo a la mayoría. Aquí, falta liderazgo. Se debió presentar un plan de cuatro o cinco posibilidades de gran inversión, a los cuales no se pueda negar la gobernación; una universidad pública propia del municipio de Cartago; malla vial de la ciudad; creación del área metropolitana de Cartago-Obando-Ansermanuevo; nodo vial aeropuerto-tren-vías regionales y una villa olímpica; por decir algo.
Sin duda alguna, estos diálogos sirven para que la gobernación pueda evidenciar que (para callar a los críticos) está también activa en las provincias de este departamento y para que sirva de catarsis y de desahogo, a una población que, a viva voz, manifiesta los enormes vacíos administrativos y de inversión, que viven los municipios del norte del valle. No sirven para nada más.
Cartago, ciudad antigua con una larga historia y con mucha importancia en la región hasta 1.910, ahora debe esperar a que llegue un gobernador a escuchar nuestras súplicas de inversión social y de infraestructura; que yo sepa, la época feudal terminó hace mucho tiempo ¿o acaso no ha terminado? Pareciera que no.
Es indudable que necesitamos un rumbo distinto en el norte del valle, pero al parecer, los mandatarios locales de esta provincia no lo han entendido, siguen esperando los regalos de navidad de la gobernación, convencidos de que esa debe ser nuestra realidad, esperar y esperar. Pues, señores alcaldes del norte del Valle, estamos cansados de esperar a que ustedes se reúnan y planteen la creación del departamento del norte del Valle, para que en el futuro no tengamos que esperar a que funcionarios de la ciudad de Cali, vengan a decirnos en qué se debe invertir y en qué no.
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