En este momento 16 municipios del norte del Valle dependen del sistema de salud de Cali, Tuluá y Cartago
El gobierno del Valle del Cauca, ha sido uno de los primeros que se ha venido preparando para el pico que se espera de la pandemia en el país, por lo que han adquirido hasta el momento 500 camas y se espera llegar a un total de 1000, sin embargo, el proceso de importación ha sido complicado.
Pese a estos esfuerzos del gobierno departamental, hay regiones que pueden resultar muy afectadas cuando se llegue al pico máximo de contagios. Por ejemplo el norte del Valle, donde municipios como Versalles, La Unión, Trujillo, Alcalá y Argelia tienen un único centro médico para atender las urgencias más básicas.
En estos municipios del norte del Valle, en caso de requerir hospitalización o atención especial en Unidades de Cuidados Intensivos, deben remitir los pacientes a Tuluá, ciudad que tiene capacidad de 67 camas de UCI en cuatro hospitales de segundo y tercer nivel.
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Según el alcalde, Jhon Jairo Gómez, Tuluá tiene cerca de 220.000 habitantes, pero pueden convertirse en casi 500.000, debido a que sus sistemas de salud, bancario y, en algunos casos, el educativo, deben responder por habitantes de otros municipios del centro y norte del Valle del Cauca.
“Nuestro centro es muy pequeño y en una sola manzana se concentran 12 cajeros. En la mayoría de municipios de la zona no hay, así como bancos, entonces todos los días, a pesar de la cuarentena, se concentra mucha gente que llega para hacer trámites. Lo mismo sucede con el sistema de salud, porque acá atendemos a personas de los municipios de sexto nivel”, explicó Gómez.
Caso parecido sucede en Cartago, donde el Hospital San Juan de Dios, de segundo nivel, atiende pacientes de mediana complejidad de al menos nueve municipios del norte del Valle. No obstante, cuando se requieren servicios de alta complejidad como una UCI, deben recurrir a Hospitales de la ciudad de Pereira.
Por el momento, el plan previsto por la gobernadora Clara Luz Roldán, es disponer de ambulancias las 24 horas en municipios de sexta categoría, para realizar los traslados lo más rápido posible.
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Pese a ello, una de las preocupaciones de los médicos de esta regiones es que cuando ya no haya disponibilidad en Tuluá o Cartago, los trasladados tardarán más de dos horas, exponiendo la vida del paciente.
Así lo asegura Armando Hurtado Rojas, uno de los cuatro médicos del hospital de Versalles, quien indicó que “nos preocupa que el contagio llegue justo cuando la pandemia esté en su pico y ya no haya disponibilidad de atención en Tuluá”.
En el caso de los laboratorios, en el departamento hay habilitados cinco de ellos, los cuales están procesando las muestras de COVID-19 sin necesidad de enviarlas a Bogotá. A pesar de esto, algunos aún no inician las pruebas debido que están a la espera de insumos.
Por último, y de acuerdo a la estadística de casos confirmados en el Valle, el 83% de los contagiados en el departamento son menores de 60 años, y el 33% son jóvenes entre 20 y 35 años, cifra que deja entre ver la irresponsabilidad de la juventud con la medida de la cuarentena.
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