La vetusta edificación del Municipio de Cartago, de la calle 9a con la carrera 4a, por fin fue desalojada en su totalidad, ante el inminente peligro que representaba para quienes allí continuaban ocupándola y con el fin de iniciar su restauración.
Pero, igualmente, era una amenaza para quienes transitaban por el céntrico sector donde está ubicada, muy concurrido por cierto, por encontrarse sobre un cruce de esquinas estratégico en pleno del corazón de la ciudad.
La vieja casona que ostenta la condición de patrimonio cultural, ha venido siendo desocupada por partes desde hace varios años hasta que un concepto de un experto ingeniero en restauración de monumentos advirtió que para que la edificación no colapsara era necesario intervenirla de inmediato.
Remodelaciones
No obstante, esta casa de dos plantas con paredes de tapia y viejísimas puertas y ventanas, ha sido sometida, una y otra vez, a remodelaciones «chambonas» que riñen con las mismas técnicas de la arquitectura elemental.
Son remodelaciones de todo tipo las que se han realizado en el inmueble, pero que en ningún momento obedecen ni se ciñen a las reglas sobre la restauración como lo manda el Ministerio de Cultura y las mismas sociedades de ingenieros y arquitectos del país.
Pero el desalojo que finalmente fue ejecutado por orden de una Inspección de Policía y previo concepto técnico, suscitó una gran polémica a raíz de la reacción de varias de las directivas de la Asociación Pro Bordados que rechazaron la medida y adujeron que llevaban ocupando la casa hacía más de 15 años y nada había sucedido.
Probordados
Elsa González, vocera de la Asociación que aún no tiene presidenta en propiedad, calificó el desalojo como injusto y contraproducente, tras advertir que ahora se quedaron sin sede.
Por su parte, el gerente del Instituto Cartagüeño de Vivienda, Incavi, arquitecto Adalberto Maldonado quien representa al alcalde en los diálogos que sobre el futuro de la edificación se adelantan con el Ministerio de Cultura, aclaró que el único motivo que llevó al desalojo fue evitar una tragedia con muertes de personas en caso de que la casa se derrumbara ante el grave deterioro que presenta.
De allí ya habían salido varias dependencias como el Fondo Municipal de Pensiones, la Acción Comunal y el Incavi, entre otros. Y la razón fue la misma: que el inmueble, hoy por hoy, ofrece un gran peligro de venirse a tierra.
Techos
Inclusive, en la parte baja de la edificación donde hasta ayer tuvo su sede Pro Bordados, el techo se había desplomado sin que, milagrosamente, se presentaran víctimas humanas, pero que pudo haber sucedido.
Maldonado recordó que la casa, reconocido bien patrimonial de Cartago se encuentra en el centro histórico de la ciudad, y por eso se recurrió a una experta en monumentos de esta naturaleza para que evaluara la situación, lo cual hizo pero, además, conceptuó que era urgente su intervención por amenazar ruina.
«Desconociendo la materialidad del edificio, la vieja casona fue sometida en tiempos anteriores a diferentes intervenciones que atentaron gravemente contra su condición de patrimonio y su originalidad. Esto pudo incidir seriamente en el estado frágil que hoy presenta», señaló Maldonado.
Mala intervención
El edificio recibió materiales no adecuados, y por eso su estabilidad se ha debilitado hasta el punto de amenazar ruina, manifestó, tras revelar que por tal motivo se reunieron para analizar el caso las secretarías de Infraestructura, Gobierno, Planeación y la Oficina de Gestión del Riesgo con todos sus organismos integrantes.
No obstante, la parte norte de la casa en el primer piso siguió ocupada por Pro Bordados que acababa de realizarle otra intervención pese a ser un patrimonio, y por la Asociación de Músicos. Estos últimos aceptaron ser reubicados en La Isleta, pero la Asociación de Bordados, después de visitar varios locales, no aceptó trasladarse a ninguno.
En consecuencia, una inspección de policía con la vigilancia de la Personería Municipal optó por cerrar el acceso al edificio, salvaguardando las vidas de las personas, reveló Maldonado.
Primeros Auxilios
Es de anotar que la Administración Municipal dispuso de $530 millones para realizar los primeros estudios y aplicar los llamados «primeros auxilios» a la edificación, consistentes en trabajos previos que la mantengan en pie y eviten su derrumbamiento. Es decir, se minemiza el riesgo de que la casona se venga al piso, explicó el gerente de Incavi.
No obstante, según estimativos de entendidos en patrimonio, la restauración y recuperación de la edificación tiene un costo hoy de $4 mil millones.
Los pliegos para iniciar los trabajados iniciales o de primeros auxilios ya fueron subidos a la página de la Alcaldía, y se aspira a que en dos meses se realice la contratación.
Maldonado reiteró la voluntad de la Administración Municipal de colaborar con las entidades que debieron ser desalojadas en materia de reubicación, tras advertir que en ningún momento se pretendió atropellar a nadie.
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