El Tiempo | Bogotá D.C. | 16 ENE 2017 – 11:06 am
El municipio, que vio crecer al hombre de aquellas figuras geométricas sin ser abstracto, celebra 36 años del museo que lleva el nombre del reconocido artista vallecaucano.
Roldanillo, la tierra de Ómar Rayo, está de fiesta y el motivo es doble.Sus habitantes festejan los 441 años de fundación y, a la vez, están orgullosos del ícono que identifica esta población en el norte del Valle del Cauca.
El Museo Rayo ofrece una programación cultural que se une al aniversario de la fundación de Roldanillo y que también conmemora el natalicio del artista.
La historia, que se pinta en medio de más de 2.000 obras de representantes del dibujo y grabado latinoamericanos y que se mantiene en un espacio de 4.800 metros cuadrados, se ha convertido en el impulso de Águeda Pizarro, esposa del maestro vallecaucano, para seguir resaltando a Roldanillo en la escena cultural.
Son seis años de trabajo después de la muerte del maestro, dentro del balance que su esposa hace cuando piensa en la labor para lograr la consolidación del proyecto de vida de la familia Rayo Pizarro.
Una lucha constante en la que pretende demostrar que no se trata de un sótano de pinturas del pintor Rayo, sino de un espacio de convergencia de las artes.
“En menos de un año después de su muerte cumplimos dos de sus sueños: convertir el que era su taller en el Museo del Intaglio, un espacio dedicado al papel, y un gran taller múltiple de formación artística inaugurado por el Ministerio de Cultura”, comenta la escritora Pizarro.
La obra, que empezó en 1973 cuando fue donado el terrero y en la que el pintor trabajó hasta el final de su vida, conmemora con la exposición ‘Sinestesia’, 36 años de la inauguración al público de ocho módulos inspirados en la arquitectura maya y creados para alojar la creatividad.
La labor, que comenzó el maestro Rayo sigue siendo la inspiración de su esposa, una poeta que se enamoró de un roldanillense y de su talento.
Fue una unión que la motiva y que en seis años, como cabeza del Museo, ha logrado traer al municipio de más de 40.000 moradores, a artistas nacionales e internacionales.
La fiesta, que esta vez no se pinta solo de colores rojo, blanco y negro como era usual en las pinturas de Rayo, reviste a Roldanillo de la euforia y del contraste del folclor, la cultura y la tradición, a través de actividades hasta finales de este mes.
A la obra del maestro que expuso sus creaciones en más de 200 exposiciones en países, como México, Alemania, Noruega, Japón, Estados Unidos, se le rendirá tributo con danza, teatro y conciertos de música andina y colombiana en la plaza principal de Roldanillo y en el teatro al aire libre del Museo. “Con la Alcaldía estamos trabajando para que una feria popular gire en torno a la fundación del municipio”, afirma Juan José Madrid, secretario general del Museo. Estarán en escena el laboratorio escénico de Univalle, Jocaycu; Bandola, de Sevilla; Renaceres de Manizales; y otros artistas hasta el 22 de enero.
Así que Roldanillo está de fiesta y orgulloso porque tiene un Museo que puso en el ojo de la cultura internacional a esta tierra, por la que aquel maestro que pintaba figuras geométricas se le hinchaba el pecho.
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