El País | Cali | 06 JUN 2015 – 7:09 pm
Un proyecto que nació en la Universidad Central del Valle del Cauca, Uceva, en el municipio de Tuluá y que pretende mejorar las condiciones de vida de las víctimas de las minas antipersona en Colombia, fue presentado esta semana en el Encuentro de Semilleros de Investigación Internacional, Milset, que se realiza en la ciudad de Fortaleza, en Brasil.
Motivada por la indignación que produce este flagelo en el país, María Fernanda Quiñónez Escobar, una joven estudiante de octavo semestre de Medicina de la Uceva se dio a la tarea desde hace tres años en trabajar en un proyecto que entrara a suplir la necesidad que existe de protocolos en salud para la debida atención de las víctimas de estos artefactos explosivos.
El proyecto de investigación, que cuenta con el respaldo y el apoyo de los docentes y el grupo de coinvestigadores de la facultad de Medicina de la Uceva, se titula “Relación Neurofisiológica y Neuropsicológica del Homúnculo de Penfield, en el Síndrome de Miembro Fantasma en pacientes amputados por minas antipersona y el Desorden de Identidad de la Integridad Corporal y sus aspectos psiquiátricos”.
La iniciativa fue presentada en ese congreso internacional de Brasil, junto con otros trabajos de los semileros de investigación pertenecientes a las univesidades de Pamplona, Santander, Cooperativa de Colombia, Universidad del Magdalena y Francisco José de Caldas, siendo la Uceva la única institución de educación superior del Valle del Cauca participante en el evento.
¿En qué consiste el síndrome?
El síndrome de miembro fantasma es una patología en la cual el paciente que es sometido a una amputación sigue sintiendo la extremidad que ha perdido, manifiesta dolor, sensaciones como hormigueo, quemazón e incluso sueños vividos con su extremidad perdida haciendo mella a diario y evitando que se recuperen fácilmente de su trauma.
Los estudiantes de la Uceva descubrieron que seguir percibiendo una extremidad perdida debe ser algo muy tormentoso, “yo creo que nadie puede vivir recordando a diario algo que ha perdido y mucho menos sintiéndolo de una forma tan real. En esta patología es como si el cerebro no desconectara sus redes neuronales de la extremidad perdida y por eso el paciente sigue percibiéndola”, manifestó María Fernanda Quiñónez, una joven natural del municipio de El Cerrito, líder del proyecto.
La investigación nació del interés por conocer cuál era el proceso de rehabilitación de las víctimas de minas antipersona y por qué sé presenta este tipo de trastornos.
La primera fase de estudio empezó con la revisión literaria, seguida por el diseño de la prueba piloto, con la colaboración del Batallón Agustín Codazzi de Palmira.
La tercera y última fase se denominó “Proyecto Centinela”, cuyo objetivo era captar a lo largo y ancho de todo el país pacientes víctimas de minas antipersona, quienes voluntariamente hicieron parte del proceso investigativo sometiéndose a tres pruebas simples y no invasivas, para explorar su actual estado de salud física, neurológica y mental.
Desde su nacimiento, el proyecto se ha centrado en aquellos soldados de las Fuerzas Armadas de Colombia, amputados, víctimas de ese flagelo, que a la fecha suman 11.114 en todo el país.
“El objetivo es encontrar la forma para que el paciente deje de sentir la extremidad y de esa manera pueda seguir con su vida normalmente, ya que hemos encontrado casos de víctimas de hasta trece años viviendo con esta patología”, señaló el docente Paulo Andrés Vélez, del semillero de investigación “Biolín” de la Facultad de Ciencias de la Salud, de la Uceva.
“Nuestro objetivo no solamente es sentar una base médica para ayudar a estos pacientes, el mayor interés nuestro es aportar con un granito de arena a mejorar la calidad de vida de los miles de colombianos afectados por este flagelo”, indicó la estudiante líder del proyecto.
Este proyecto de investigación que se inició como una simple idea motivada en un aula de clase, hoy pretende llegar a todos los rincones del país donde haya víctimas del conflicto armado.
“Desde la medicina hay mucho por hacer, este proyecto apenas es el comienzo de muchos más aportes que el semillero de Investigación Biolín y la Unidad Central del Valle del Cauca, podemos hacerle al país”, manifestó Jairo Gutiérrez Obando, rector de esa institución de educación superior.
Deja tu comentario