El Diario | Pereira | 11 ABR 2015 – 7:28 am
En menos de 24 horas tres personas acabaron con su existencia en la capital de los bordados. Habitantes de los barrios Mariscal, San Pablo y Los Almendros están sorprendidos y conmocionados por estas muertes que se presentaron en hechos aislados.
Se colgó
Para los colombianos no es novedad la crisis económica para entender que una persona trate de sobrevivir con los $ 2300 diarios de un salario mínimo, quizá este sería el motivo que llevó a Edilson Estrada Mafla de 43 años a acabar con su humanidad.
Presuntamente el hombre aprovechó que la progenitora y su esposa -con quienes convivía en la carrera 8a. con calle 16 del barrio Mariscal- asistían a las 4:00 de la tarde del miércoles un velorio, para matarse. El hombre utilizó un lazo con el que amarró su cuello para colgarse de un árbol.
Una hora después las mujeres regresaron al domicilio y encontraron la lamentable escena. Su esposa desesperada llamó a una vecina para que le ayudara a bajar el cuerpo de su ser querido, pues tenía la esperanza de que el hombre aún estuviera vivo, suceso que no ocurrió.
Edilson tenía 4 hijos de mujeres diferentes que viven en el departamento del Chocó y en la Perla del Otún. Estrada Mafla se desempeñaba como vigilante de una empresa de seguridad en Pereira y era el menor de 7 hermanos.
El segundo
El otro caso se presentó en la carrera 3bis con carrera 33 del barrio San Pablo, al otro extremo de Cartago.
El joven que decidió acabar con su vida fue encontrado 2 horas después que el primero (Edilson Estrada Mafla).
Entre las 4:00 y 4:30 de esa misma tarde, José Ricardo Sánchez Giraldo de 17 años, se encontró con su padre en el centro del municipio para hablar un momento y tomarse un ‘fresco’.
Padre e hijo hablaron poco, pues José Ricardo era un hombre más bien de pocas palabras, que le gustaba mantener solo e incluso usualmente esperaba que los demás terminaran sus platos a la hora de comer para sentarse sin ninguna compañía.
Después de haber compartido una bebida, lo único que quería el progenitor era encontrarse con su hijo al llegar a la casa cerca de las 7:00 de la noche para que comieran algo.
Como era normal, al llegar a la residencia el silencio era prolongado, cuando el padre pronunció su nombre no obtuvo respuesta de ningún tipo, posteriormente se dirigió al patio donde encontró al menor muerto.
José Ricardo estaba atado a una soga en la parte superior de la reja que sostenía el cuerpo, ya sin signos vitales.
Al parecer, un lío amoroso que tuvo la víctima con su novia lo llevó a tomar la mortal decisión. El oriundo de Ansermanuevo (Valle) trabajaba como ayudante en un bus escalera que cubre la ruta El Cairo-Cartago.
Se lanzó al bus
A diferencia de los casos anteriores, en horas de la mañana de ayer se presentó otro hecho en menos de 24 horas en la ciudad de Cartago.
La víctima fue identificada como Jaime Andrés Calvo Pulgarín de 29 años.
El hombre se levantó más temprano que de costumbre, sus allegados le dijeron que esperara el desayuno, pero como al parecer ya tenía pensada su muerte, no quiso desayunar y salió a eso de las 7:30 de la mañana de su casa.
Calvo Pulgarín llegó a un negocio cerca la lugar de los hechos, pidió un cigarrillo y salió.
Minutos después las personas que estaban en el lugar escucharon una explosión. Los testigos salieron a ver qué pasaba y vieron el cuerpo sin vida de La Avispa, como era conocido.
El hombre se le tiró a la parte trasera de una tractomula, esta le pasó por encima de la cabeza. El hombre murió instantáneamente en el sitio, ubicado en el barrio Los Almendros sobre la glorieta que queda en la variante del sector.
La familia de Jaime Andrés fue avisada por algunos transeúntes quienes llamaron a las autoridades de tránsito para que atendieran el caso.
El cuerpo fue llevado a las instalaciones de Medicina Legal de Cartago, donde la familia se encuentra a la espera para darle cristiana sepultura.
Según los familiares, el hombre ya había intentado quitarse la vida en varias ocasiones e incluso habría intentado acabar con la humanidad de su madre, motivo por el cual la progenitora se había ido a vivir a Villavicencio.
El hombre sufría de problemas mentales.
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