La Corte Constitucional ha emitido un llamado urgente a los profesionales de la salud para que pongan fin a la violencia obstétrica, tras conocer el caso de una mujer que presentó una tutela contra Coosalud EPS y el Hospital San Juan de Dios de Cartago, en el norte del Valle del Cauca.
El alto tribunal ha resaltado la necesidad de erradicar este tipo de violencia de género, ya que vulnera los derechos de las mujeres durante el embarazo, el parto y el posparto.
El alto tribunal ha subrayado que las mujeres embarazadas se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad y, por lo tanto, merecen una protección especial, por lo que es «inaceptable que sean sometidas a agresiones», señala.
La preocupación de la Corte Constitucional radica en el hecho de que los profesionales de la salud se conviertan en perpetradores de una forma de violencia que, de manera silenciosa, viola los derechos de las mujeres. Se ha enfatizado que el profesionalismo no se limita a un desempeño competente en el trabajo, sino que también implica integridad. «Debe haber un trato digno, respetuoso y adecuado para las personas a quienes se les presta el servicio», señaló la entidad.
El fallo de la Corte resalta la importancia de que el personal sanitario sea consciente de que sus palabras, actitud y comportamiento, además de las técnicas empleadas, pueden garantizar o transgredir gravemente los derechos de las personas, «como ocurre en los casos de mujeres en trabajo de parto y en etapa posparto que requieren atención preferente y protección reforzada en sus derechos fundamentales», señala el fallo.
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Tutela contra Coosalud EPS y el Hospital de Cartago
El pronunciamiento de la Corte surge a raíz de la tutela presentada por una mujer en contra de Coosalud EPS y el Hospital San Juan de Dios de Cartago, Valle del Cauca.
De acuerdo al alto tribunal, en el proceso, se demostró que se vulneró su dignidad humana, el mínimo vital, la vida, la salud y la integridad física. Durante su parto, los médicos hicieron comentarios ofensivos sobre su cuerpo y, en medio de los dolores, le expresaron frases irrespetuosas y degradantes.
Según la denunciante, el persona médico dijo lo siguiente: «que pesar, esa muchacha quedó desfigurada en la vagina», y en medio de los dolores del parto decían «estas complicaciones pasaban por querer traer hijos al mundo».
Para la Corte, es imperativo que se tomen medidas inmediatas para eliminar la violencia obstétrica y garantizar que todas las mujeres reciban una atención médica digna, respetuosa y libre de maltrato durante el embarazo y el parto. La Corte Constitucional ha sentado un precedente importante y espera que este llamado tenga un impacto positivo en la protección de los derechos de las mujeres en todo el país.
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