Cinco obispos del Valle del Cauca han enviado un mensaje de paz en respuesta a la creciente violencia que asola la región.
Encabezados por el arzobispo de Cali, junto con los obispos de Palmira, Buga, Buenaventura y Cartago, han instado a los grupos armados a detener los actos de muerte y asesinato.
En el comunicado, los obispos han condenado cualquier forma de hostigamiento o ataque contra la vida y los bienes de las personas y sus familias. Así mismo, han subrayado que ninguna muerte puede ser justificada, ya sea la violencia intrafamiliar, como la ocurrida la semana pasada en el centro del Valle, con la masacre de cuatro mujeres asesinadas en Tuluá, incluyendo a dos menores, o las luchas territoriales en lugares como Buenaventura, o los enfrentamientos relacionados con el control de las rutas de distribución de drogas, como en Jamundí. También han mencionado los cientos de personas muertas en Cali y en todo el Departamento en lo que va del semestre, bajo la justificación de “rendición de cuentas”.
“Por eso, en nombre de Dios, Señor de la vida y de la paz, pidieron que cese todo hostigamiento y atentado contra la vida y bienes de las personas y familias. Pidieron a los alzados en armas: ¡no más muerte, no más asesinatos”, señala el comunicado.
Han hecho un llamado a las autoridades civiles y al gobierno nacional para que se cumplan los acuerdos firmados con líderes y grupos sociales, como parte de los planes de acción social, con el objetivo de abordar las causas fundamentales de esta espiral de violencia.
Asimismo, han enfatizado que el respeto por la vida humana es un derecho fundamental que trasciende las creencias y posiciones políticas, religiosas, ideológicas, sociales o culturales. Han destacado que el Valle del Cauca, con sus ricos recursos naturales y su gente emprendedora y soñadora, merece experimentar nuevamente la paz.
En su mensaje, los obispos señalan que “la Iglesia Católica de Colombia y del Valle del Cauca, renueva su compromiso de orar, trabajar y establecer puentes para que un día vivamos todos en paz”.
Manifestaron que “la Madre de Dios, en las queridas advocaciones de Nuestra Señora de Los Remedios en Cali, Nuestra Señora del Rosario del Palmar, en Palmira, Nuestra Señora de la Victoria en Buga, Nuestra Señora del Carmen en Buenaventura y Nuestra Señora de la Paz, en Cartago, haga posible el desarme de los corazones y manos de quienes creen encontrar en las armas la solución a sus conflictos”.
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En medio de esta situación, se ha informado que la violencia que afecta a Buenaventura también está afectando a las instituciones educativas, según la Procuraduría. Además, otro caso que señalan es sobre el de dos hermanos enviados a prisión por su implicación en el asesinato de tres jóvenes en el norte de Cali.
“!El Valle del Cauca tiene futuro y todos deben valorarse a sí mismos y sus familias. Creemos leer el deseo profundo que brota del corazón de todos los hermanos colombianos, para afirmar categóricamente: ¡Sí a la vida! ¡No más atentados, no más asesinatos!”, concluyen en el comunicado.
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