La comunidad educativa de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) está conmocionada tras el fallecimiento de Girley Villada Rivera, una joven estudiante de medicina que decidió poner fin a su vida.
El trágico suceso ha generado un llamado urgente a las autoridades académicas para mejorar el apoyo psicológico y emocional que reciben los estudiantes, en un contexto de crecientes denuncias sobre presiones, abuso de autoridad y un difícil ambiente académico.
El fallecimiento de Girley Villada Rivera ha encendido las alarmas sobre la salud mental de los estudiantes de la facultad de medicina de la UTP. Compañeros de la joven han señalado que la carrera es conocida por su rigurosidad y que, sin un adecuado acompañamiento psicológico, se convierte en una carga insostenible para muchos. Según Maicon Antonio Osorio Díaz, representante estudiantil de la Facultad de Ciencias de la Salud, la situación es insostenible.
«Este es un suceso que se ha presentado a nivel nacional debido a estos currículos tan duros y complejos de las escuelas de medicina. Sin duda, pone en riesgo la salud mental de los estudiantes y, en esta universidad también se ha detectado eso», afirmó Osorio. El representante estudiantil subraya la necesidad de aumentar el presupuesto destinado al Programa de Acompañamiento Integral, que actualmente enfrenta un déficit de personal y recursos financieros.
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La Facultad de Ciencias de la Salud invita a un día de recogimiento espiritual con las siguientes actividades:
Tras el trágico suceso, estudiantes, profesores, familiares y amigos de Girley Villada Rivera se reunieron en una velatón en la facultad de Ciencias de la Salud para recordar a la joven y exigir una respuesta contundente de las autoridades académicas. En esta manifestación, pidieron la creación de espacios seguros donde los estudiantes puedan expresar sus inquietudes y preocupaciones sin temor a represalias.
De manera unánime han asegurado que existan espacios donde puedan hablar abiertamente de lo que sienten y piensan, y donde se brinde una atención psicosocial integral. «No podemos permitir que la pérdida de nuestra compañera pase desapercibida y que se normalice el sufrimiento silencioso al que estamos sometidos».
Este trágico incidente no es un hecho aislado. Según datos recientes, la salud mental de los estudiantes de educación superior en Colombia se encuentra en una situación crítica. Los altos niveles de estrés, ansiedad y depresión han aumentado significativamente en los últimos años, especialmente en carreras de alta exigencia. La falta de programas de apoyo psicológico adecuados y el déficit financiero para atender esta problemática son factores que agravan la situación.
La comunidad académica exige que este doloroso suceso no sea olvidado y que se actúe de manera decidida para evitar que tragedias similares sigan ocurriendo.
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