El departamento de Risaralda enfrenta una situación crítica debido a las incesantes lluvias de los últimos días, que han provocado deslizamientos de tierra y afectado la infraestructura y la vida de los habitantes. Los 14 municipios de la región se encuentran en estado de alerta, con las autoridades trabajando a contrarreloj para mitigar los efectos de esta emergencia climática.
Uno de los incidentes más alarmantes ocurrió en la vía que conecta Pueblo Rico y Mistrató, donde deslizamientos de tierra bloquearon el paso y pusieron en riesgo a las comunidades cercanas. La zona estaba ya en alerta roja debido a la alta probabilidad de nuevos derrumbes. Según Alfredo Muñoz, director de la Defensa Civil, seccional Risaralda, la situación es especialmente delicada en Pueblo Rico, donde la vulnerabilidad del terreno, saturado por las lluvias, agrava el peligro de deslizamientos adicionales.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) advirtió que la región podría enfrentar una crisis climática prolongada, con más de un 70 % de probabilidad de que el Fenómeno de La Niña se consolide en los últimos meses de 2024 y se extienda hasta inicios de 2025. Este fenómeno podría intensificar las lluvias, aumentando aún más el riesgo de desastres naturales.
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La situación se complica con la formación de una depresión tropical en la Costa Caribe, que amenaza con traer lluvias intensas y tormentas a la región andina, donde Risaralda se verá afectada en los próximos días. El Ciclón Rafael tiene altas probabilidades de convertirse en huracán: se esperan fuertes lluvias y tormentas eléctricas en el país, hay departamentos en alerta naranja.
Los desastres naturales no son nuevos para los habitantes de Risaralda. En días recientes, una fuerte granizada afectó a 136 familias, dejando viviendas dañadas y causando estragos en la infraestructura de la zona. Poco después, un vendaval impactó a otras 25 viviendas, aumentando la lista de damnificados.
Las veredas de La Ceiba y El Cairo fueron algunas de las más afectadas, con cultivos de café y plátano que sufrieron pérdidas significativas. Estas áreas, que dependen en gran medida de la agricultura, ahora enfrentan desafíos económicos serios, mientras los agricultores evalúan los daños y buscan formas de recuperarse.
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Ante este panorama, las autoridades locales, en conjunto con la Defensa Civil y otros organismos de gestión del riesgo, han intensificado los esfuerzos para proteger a las comunidades vulnerables. Alfredo Muñoz enfatizó la importancia de la prevención y pidió a los habitantes que estén atentos a las indicaciones oficiales y tomen precauciones adicionales.
Además, se están implementando planes de contingencia, como la limpieza de vías afectadas por deslizamientos y el monitoreo constante de ríos y quebradas, para evitar desbordamientos que puedan empeorar la situación.
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