Alertan por evolución de Fenómeno de La Niña hasta el 2021
2 diciembre de 2020 12:02 pm
Ante el informe del IDEAM, en el que se indica que es inminente que prevalecen condiciones de lluvia, en términos de su comportamiento en intensidad y persistencia; la CARDER reiteró su llamado la ciudadanía para que siga las recomendaciones preventivas y a mantener las alertas de los Comités Municipales y Departamental de Gestión del Riesgo. Dicho informe refiere el aumento de las precipitaciones:
COMPARATIVO PRECIPITACIÓN OCTUBRE – NOVIEMBRE 2020 (PRECIPITACIÓN (mm)/MES)
ESTACIÓN
MUNICIPIO
OCT
NOV
PUEBLO RICO (IDEAM)
PUEBLO RICO
437.00
324.30
POTREROS (IDEAM)
SANTA ROSA DE CABAL
112.80
137.3
EL JAZMÍN (CENICAFÉ)
SANTA ROSA DE CABAL
219.30
Sin dato
LA CELIA (CENICAFÉ)
LA CELIA
140.90
202.5
AEROPUERTO MATECAÑA (IDEAM)
PEREIRA
125.42
286.39
OSPIRMA (CENICAFÉ)
GUÁTICA
119.00
159.8
Los diferentes modelos conocidos a nivel global, así como lo reportado por el IDEAM, evidencian la presencia de La Niña. En términos de probabilidad se refieren valores entre el 85 y el 90 %, en el sentido de la continuidad del enfriamiento en el océano Pacífico ecuatorial. En consecuencia, “la persistencia en los umbrales de La Niña en lo que resta del 2020 y durante las primera parte del 2021”.
“La CARDER como autoridad ambiental del departamento, insiste en la necesidad de implementar todas las medidas que permitan a los integrantes de los consejos municipales de gestión del riesgo y la comunidad en general estar preparados para enfrentar los posibles impactos que este fenómeno pueda ocasionar”, dijo Tatiana Margarita Martínez Diaz Granados, directora general (e) de la CARDER.
A nivel de predicción climática, para la región andina, el IDEAM estima lluvias por encima de los promedios, entre 10% y 40%, y según se ha evidenciado en territorio risaraldense con acumulados mensuales entre 200 a 400 mm.
La CARDER, como en comunicados anteriores, encuentra pertinente reiterar las siguientes recomendaciones:
Se deben permanece en activación de los protocolos y contenidos de los Planes Municipales para la Gestión Local del Riesgo, las Estrategias para el Manejo de Emergencias y planes de emergencia – EMRE de la totalidad de los municipios de Risaralda, y la revisión de protocolos correspondientes, y promover los ajustes que sean del caso ante el potencial de ocurrencia de deslizamientos y flujos torrenciales.
Dar lugar a la revisión y activación de los planes de contingencia de los prestadores de los servicios de acueducto y alcantarillado, además, propender por el mantenimiento preventivo de infraestructuras y determinación de condiciones de vulnerabilidad física y funcional de las mismas, en el sentido de garantizar la óptima prestación del servicio.
Se deberá continuar y fortalecer la vigilancia y monitoreo de las zonas identificadas como de alto riesgo por inundaciones, crecientes súbitas y deslizamientos, con énfasis en situaciones de exposición de la comunidad y las zonas aferentes de acueductos, de forma articulada con los actores comunitarios e institucionales correspondientes.
Monitoreo permanente a las laderas y cauces para observar signos de inestabilidad como agrietamientos en el suelo, ahuecamientos en las márgenes del río, pérdida de cimentación, deformaciones o inclinaciones de estructuras, postes, árboles, hundimientos; estado y taponamiento de drenajes, los cuales incluyen corrientes naturales, zanjas y canales artificiales y afloramientos no comunes de agua, entre otros probables.
Incluir igualmente en el monitoreo situaciones como descensos súbitos de cauces, como probable evidencia de represamientos aguas arriba, o el reporte de puntos de concentración no comunes de aguas superficiales, derivadas de eventos de lluvia.
Se debe garantizar la disponibilidad de los recursos necesarios para apoyar las labores operativas de los organismos de socorro en la atención de emergencias relacionadas con el incremento de las lluvias, y la revisión de la condición legal y financiera de los fondos correspondientes para los diversos procesos de gestión del riesgo.
Dar lugar a los reportes correspondientes de las condiciones de anómalas o de emergencias, a las coordinaciones de gestión del riesgo de cada municipio, y efectuar las convocatorias correspondientes de los concejos municipales de gestión del riesgo, así como los comités de conocimiento, reducción y manejo para las acciones que se deriven.
Es importante hacer seguimiento a la información relacionada con las condiciones hidrometeorológicas y las diferentes alertas emitidas por el IDEAM, la autoridad ambiental y los entes relacionados con la gestión del riesgo de desastres.
Resulta de particular importante, evitar arrojar basuras o escombros en los cauces y vías, para evitar el taponamiento de alcantarillas, y obstrucción de cauces, además, evitar la quema o tala de árboles, debido a que el terreno puede debilitarse y erosionarse, presentándose posibles deslizamientos de tierra que afectan viviendas e infraestructura.
Efectuar y propender por la limpieza de drenajes naturales, transversales, zanjas, canales, cunetas, cámaras y cajas de inspección, dando aviso a las autoridades correspondientes, y tener en cuenta por parte de las comunidades, sobre como la cultura ambiental puede representar un aporte importante a dicho control.
Propender y dar lugar a labores de mantenimiento de obras de mitigación, en aspectos como rocería y desmonte, recolección y retiro de basuras y desechos, revegetalización según corresponda, limpieza de obras, sellado de grietas, limpieza de drenes, y otras adecuaciones que apliquen a garantizar la funcionalidad y vida útil de las obras.