La empresa Aguas y Aseo de Risaralda, socializó el resultado de la Consultoría contratada para la actualización del Plan Maestro de Acueducto Etapa 1 (captación, desarenador I, aducción, PTAT y almacenamiento) de Santa Rosa de Cabal, el cual determinó que el agua que llega a los santarrosanos y una amplia parte de dosquebradenses, es apta para el consumo; además de presentar el proyecto para mejorar el proceso de potabilidad y garantía de abastecimiento del líquido a la ciudadanía.
Esta consultoría que adelantó la empresa desde 2018 y que además pretendía analizar si el líquido contiene niveles de arsénico perjudiciales para la salud, se vio suspendida varias veces puesto que tuvo interrupciones por la pandemia, y porque se requería analizar todo el trazado del acueducto y el alcantarillado y las fuentes que pasan por propiedades privadas; cuyos dueños en su momento no permitieron el acceso, lo que obligó a parar nuevamente y socializar con cada propietario para que entendiera la importancia de dejar ingresar al consultor y llevar a cabo el estudio.
Óscar Sanabria Chica, gerente de la Empresa de Aguas y Aseo de Risaralda, indicó que “podemos dar un parte de tranquilidad a la comunidad frente a la solución arrojada por la consultoría, consistente en un método físico – químico, mediante el cual es posible retirar un alto porcentaje de los niveles de arsénico, además de la ejecución de obras que redundarán en el mejoramiento de la calidad del agua que consumen los habitantes; sin desconocer que el actual tratamiento que se da en la planta de tratamiento ha permitido ya llevar el arsénico a niveles incluso inferiores a los permitidos por la norma. Queremos manifestarle a la comunidad que puede estar totalmente tranquila y que a través de la Gobernación de Risaralda, estamos a disposición y al servicio técnica y socialmente para todos los habitantes del departamento”.
Al respecto Diego Mauricio Martínez, gerente de Empocabal, indicó que “creo que hoy llega el inicio a muchas soluciones que se deben hacer en el tema de potabilización y a otras falencias que se presentan en el municipio, son soluciones que se necesitan, son recursos importantes y que necesitamos tocar las puertas y dejar muy claro que el arsénico está presente en el agua por una condición natural y que los límites que se presentan en el agua, son los que se logran con la tecnología actual que hay en la planta”.
La realidad del arsénico en el agua
José Vergara Mendoza, director de la Consultoría, explicó que la firma que representa, realizó los estudios para el Plan Maestro de Fase I hasta los tanques, que incluye la garantía del abastecimiento hasta la llegada de la red de distribución y el enfoque primordial, respecto a la tratabilidad y potabilidad del agua.
El experto reiteró que el arsénico presente en el agua de los ríos San Eugenio y Campoalegrito, es un material natural por las formaciones geológicas de los suelos y desde las fuentes hídricas y que está antes de pasar por la planta de tratamiento, momento en que el líquido, tiene una concentración del metaloide entre los 150 y 200 microgramos por litro.
Con la presente planta el agua que se distribuye en una proporción de 500 litros por segundo para Santa Rosa y 200 litros por segundo para Dosquebradas, tiene unos niveles de arsénico que oscilan entre los 15 y 20 microgramos por litro en tiempo seco y luego de hacerse un proceso de cloración química, y que aunque esta presencia en el líquido no tiene incidencia negativa para la salud, si está por encima de los rangos en época de calor, porque en temporada de lluvias (que es la mayor parte del año) casi siempre se encuentran por debajo de lo que establece la resolución 2115 de 2007, que determina que los niveles máximos de arsénico en el agua son de 10 microgramos por litro.
“Actualmente se está haciendo un tratamiento de coagulación por sulfato de aluminio que es una sal, es el coagulante más comúnmente usado en el tema de tratamiento de agua potable, cuando se tienen grandes concentraciones de arsénico el agua llega muy cristalina, esto hace que la precipitación se dificulte, lo que permite lograr niveles de remoción de 15 a 20 microgramos por litro, esto implica un desfase por encima a los umbrales de la norma, pero no en forma alarmante o preocupante de que resulten nocivos para la salud”, explicó José Vergara Mendoza.
Cómo alcanzar los niveles reglados
La propuesta de la consultoría para lograr los niveles exigidos por la norma, consisten en un proceso de inducción de una turbina de arcilla coloidal y un anticoagulante que es el cloruro férrico, con el que se podrán alcanzar niveles de salida de tratamiento del orden 0,5 a 2 microgramos por litro, lo que permitiría cumplir con bastante holgura la normatividad vigente.
Para entenderlo de forma más sencilla, el proceso anterior consiste en agregar turbiedad al agua en la entrada a la planta con arcilla orgánica (el agua sale cristalina y se enturbia), por un proceso llamado precipitación, se saca el arsénico y agregando una dosis óptima de cloruro férrico, se puede lograr bajar al mínimo, la presencia del arsénico en el agua a consumir.
Está conclusión se logró luego de innumerables ensayos en el laboratorio de aguas de la UTP y método del que además argumentan aparte de ser efectivo, es uno de los menos costosos facilitando su implementación.
¿Hervir o no el agua?
Explicó el representante de la consultoría que los santarrossanos y los dosquebradenses que consumen el agua proveniente de los ríos San Eugenio y Campoalegrito, no tienen que hervir el agua para su consumo, y que por el contrario dicha práctica es contra producente en su proceso de desinfección.
“El arsénico que sale de planta viene diluido en el agua, la única forma de sacarlo es por vía química, hervir el agua puede ser un mecanismo de desinfección, pero cuando no se tiene otro mecanismo alterno, como el de cloración, hervirla significa que se puede vaporizar más rápidamente, el cloro libre en el agua y que la norma pide que sea por lo menos 2 miligramos por litro de cloro residual, en el agua o en el grifo de cada habitante, si se hierve implica que el agua quede declorada por temperatura y quede mucho más vulnerable y expuesta a contraer microorganismos o patógenos que son perjudiciales para la salud”, finalizó José Vergara Mendoza.
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