El cierre completo de la vía Circasia-Montenegro durante un período de dos meses tendrá consecuencias significativas para la economía de los productores rurales de la zona, así como para los estudiantes y residentes locales, según han expresado agricultores y habitantes de las veredas afectadas.
La imposibilidad de que los niños de las veredas asistan a sus clases en los centros educativos del área urbana de Circasia durante dos meses resultará en retrasos en sus actividades y podría llevarlos a perder el año escolar, según opinan los padres. Además, surgen interrogantes sobre cómo se manejarán las emergencias de salud en las fincas y veredas, especialmente durante las horas de la noche.
La problemática del transporte de productos agrícolas, como la leche que se envía desde Circasia a varias plantas pasteurizadoras en Quindío y Risaralda, también ha generado preocupación. Durante dos meses, dar un rodeo por Montenegro o La Cristalina para llegar a Armenia y luego a Circasia, impactará considerablemente la economía, sin tener certeza de si el cierre durará exactamente dos meses o incluso más.
Los comerciantes de ganado menor, especialmente cerdos, también expresaron su inquietud, ya que esta zona es una de las principales productoras de carne de cerdo para toda la región.
Los habitantes tanto de las áreas rurales como de los centros urbanos de las dos localidades afectadas han solicitado una solución más rápida, que permita al menos un paso restringido por el área que se intervendrá, conocida como Curva de los Quemados, con el fin de no afectar la economía y la estabilidad de los residentes.
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Los trabajos propuestos se centran en el kilómetro dos de la vía, específicamente en la llamada Curva de los Quemados o Curva Versalles, donde se planea instalar una tubería para el paso de un arroyo. Luis Felipe Zuluaga Puerta, director Vial de la secretaría de Infraestructura del Departamento del Quindío, informó que se consideraron diversas alternativas para evitar el cierre completo de la vía, como la construcción de un puente o un túnel para la nueva infraestructura, pero estas opciones resultaron inviables debido a limitaciones económicas y a las características inapropiadas del suelo.
En consecuencia, la intervención tendrá una duración estimada de dos meses, durante los cuales se excavará una zanja de 28 metros de longitud y 14 metros de profundidad para reemplazar la tubería existente por la propuesta en el nuevo diseño.
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