El Nevado Santa Isabel, una de las joyas naturales de Colombia y parte fundamental del Parque Nacional Natural Los Nevados, enfrenta una realidad devastadora: la extinción de sus glaciares. Según el reciente informe “Estado de los glaciares colombianos 2023” del Ideam, este nevado podría desaparecer por completo en los próximos cinco años, un evento que subraya el impacto acelerado del cambio climático y fenómenos como El Niño.
La extinción del glaciar Conejeras
El glaciar Conejeras, que formaba parte del Nevado Santa Isabel, se extinguió completamente entre enero y febrero de 2024 debido a un intenso derretimiento del hielo y la falta de acumulación de nieve. Este suceso marca un hito en los estudios de glaciares colombianos, ya que, tras 18 años de mediciones de campo, se confirmó su desaparición.
Según el Ideam, el Nevado Santa Isabel es el glaciar de menor altitud en Colombia, con un punto máximo a 4.945 metros sobre el nivel del mar, lo que lo hace particularmente vulnerable a las temperaturas crecientes.
Impactos ecológicos y sociales de la desaparición del Nevado Santa Isabel
La desaparición de este nevado tendrá repercusiones significativas en varias áreas:
- Abastecimiento de agua potable:
Las cuencas hídricas alimentadas por el nevado, como el río Lagunilla, el río Chinchiná, el río Claro, y el río Otún, son vitales para el suministro de agua potable en municipios de Caldas, Tolima y Risaralda. Su extinción afectará gravemente a las comunidades dependientes de estos recursos hídricos. - Alteración de ecosistemas:
La flora y fauna locales sufrirán desequilibrios irreversibles debido al cambio en las condiciones climáticas y la pérdida de sus fuentes de agua naturales. - Impacto en la biodiversidad:
El nevado actúa como un regulador térmico y un hábitat crítico para diversas especies de alta montaña. Su desaparición podría llevar a la pérdida de especies únicas.
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Tendencia alarmante: Glaciares colombianos en peligro de extinción
El Ideam alerta que en los últimos 12 años la superficie glaciar de Colombia se redujo en un 30%, pasando de 47 km² en 2010 a solo 33 km² en 2022. Las pérdidas anuales, que oscilan entre el 3% y el 5%, confirman una aceleración preocupante. Si esta tendencia persiste, los glaciares colombianos podrían desaparecer completamente a finales de este siglo, una pérdida cultural, ambiental y científica irreparable.
Desde el siglo XX, Colombia ha sido testigo de la desaparición de varios glaciares: Chiles (1950), Puracé (1940), Sotará (1948), Galeras (1948), Cisne (1960), Quindío (1960), Pan de Azúcar (1960) y Cumbal (1985). Ahora, el Nevado Santa Isabel parece seguir el mismo camino.
El llamado a la acción: ¿Qué podemos hacer?
La extinción de glaciares como el Conejeras no solo evidencia los impactos del cambio climático, sino que urge la necesidad de tomar medidas concretas para mitigar este fenómeno. Entre las acciones posibles están:
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero a través de políticas sostenibles.
- Promover la reforestación en zonas estratégicas para recuperar los ecosistemas.
- Sensibilizar a la población sobre el cuidado de los recursos hídricos y la importancia de proteger los glaciares.
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