Los resultados de las pasadas elecciones nos llevan a mirar en detalle las realidades producidas: los alcaldes de las cinco principales ciudades (exceptuando Barranquilla) son de tendencia social-demócrata. O al menos, no son neoliberales. Son amigos de volver al Estado Benefactor, que asuma la responsabilidad de velar por la salud, la educación, el techo y el trabajo de los ciudadanos, especialmente de los que más lo requieren.
El cambio de actores tiene también distintos escenarios. Las extremas derecha e izquierda recibieron una pela grande, por lo cual esa fastidiosa polarización tiende a desaparecer… porque se quedaron sin autoridad moral ni política para seguir con ese perjudicial enfrentamiento. Sus seguidores -cansados, como el resto de los colombianos, con esas actitudes que no arreglan los problemas- les dieron la espalda. Bogotá es sintomático: las dos más altas votaciones fueron por candidatos que no aceptaron el apoyo de esas extremas. Y en Medellín, la victoria del candidato que le eriza el pelo a la oligarquía (y que representa los estratos más bajos, pues hasta fue vendedor ambulante) demostró que los paisas no aceptan el perrero.
Cali tiene visos diferentes: los que ocuparon los primeros lugares tampoco hacen parte de las oligarquías caleñas, pero su feroz enfrentamiento indica que son dos actores a quienes no les importa para nada dar codazos y zancadillas con tal de apoderarse de los puestos de mando. Son arribistas que, cual micos colgados de un árbol, hicieron maromas para obtener la atención de los votantes. En Bucaramanga sucedió que un cuasi desconocido -pero aupado por el alcalde en ejercicio, sin pelos en la lengua y que tuvo el respaldo ciudadano hasta que le duró su mandato- fue elegido como el nuevo mandatario. En Barranquilla no hubo cambio de escenario, ni siquiera de actores, pues el que ganó hace parte del reparto secundario en la misma comparsa.
Varios comentaristas públicos en sus análisis post-electorales han asegurado que, con la aceptación de la curul como concejal de quienes obtuvieron el segundo lugar, se le dará altura a esas corporaciones edilicias. Tal es el caso de Bogotá con Carlos Fernando Galán y el resto de candidatos perdedores. En Cartago, mi ciudad, sí puedo asegurar que eso sucederá. El ingeniero Benjamín Agrado Restrepo es la luz en la poterna y el guardián de la heredad del mejor de los cartagüeñismos: el auténtico. Y su alta votación es parecida a la de Galán: él tampoco aceptó las colaboraciones ofrecidas… a cambio de cargos en la administración municipal. Su independencia y su carácter motivaron el voto de muchísimos cartagüeños que, estoy plenamente convencido, lo siguen teniendo como abanderado… para señalar caminos y marcar el paso.
España también tendrá nuevos escenarios el domingo, cuando habrá otra elección para definir su futuro. Los partidos de las Comunidades Autónomas -como el PNV vasco y el PSC catalán- han pedido al gobernante PSOE se acepte la realidad plurinacional del Estado, propuesta ya planteada por el presidente Pedro Sánchez. Se habla de un sistema federal, como en Alemania.
El 24 de diciembre de 2017 esta página web publicó mi artículo “¿España Federal?” (no aparece ya en su archivo y por eso cito algunos párrafos) en el que dije lo siguiente analizando la situación en Cataluña: “La explicación a esta terquedad de esa mitad que insiste en la independencia -a pesar de la pésima situación económica que han creado con la huida de casi mil empresas y capitales hacia otras partes de España-, tal vez tiene su origen en lo que André Maurois relata en su obra ´Historia de Francia`: que Luis 9º, rey de Francia (posteriormente canonizado),´estaba siempre dispuesto a negociar y transigir con las otras cortes. Para quedar en paz con España, renunció gustoso a Cataluña`. Esto ocurrió alrededor de 1250.
De manera y razón que toca una convocatoria para poner de acuerdo a todos y podría ser un plebiscito nacional para reformar la actual Constitución, en el que los españoles resuelvan este enredo. Y hay que comenzar por establecer cuál es la mayoría requerida para que las cosas se aprueben, porque no puede continuarse con el miti-miti. Eso enreda más el asunto.
¿España federal? Puede ser y ello no atenta ni contra su unidad y menos contra la monarquía, que continuaría siendo constitucional. Y cada una de sus partes (algunas tan diferentes al resto, hasta con idioma o dialecto propio) tendría sus propias leyes, conservando el gobierno nacional la soberanía y el manejo de los asuntos “gordos”, como el presupuesto nacional, las relaciones internacionales, las fuerzas armadas y otros, tal cual acontece con las naciones en donde el federalismo se impuso… y ha demostrado ser eficaz (…).
Y el domingo 7 de julio de este 2019, en mi artículo ´De RAP… a RET` terminé con esta Coletilla: “En su libro ´Manual de Resistencia` el presidente del gobierno español Pedro Sánchez dijo: “Rivera y yo hablamos entonces de una reforma constitucional para alumbrar una España federal y eso entraba en su visión de España, mucho más progresista que donde se ha situado ahora. Es cierto que había un intento de recentralizar ciertas competencias, pero en un marco federal (…)”.
Este diálogo con el jefe del partido “Ciudadanos” fue privado, hace más de un año y antes de ser elegido Sánchez como Presidente del Gobierno español. Vea pues. En esta misma página salió el 24, 12, 2017 -recién pasadas las elecciones en Cataluña que ganaron los independentistas- un artículo que titulé: “¿España federal?”. Conste que solo ahora me entero de esta conversación entre ellos. Cobro esa (…)”.
España federal consolidará al PSOE al mando de sus destinos.
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