Causa extrañeza (y hasta una sonrisa sarcástica) que estos sabios no tienen ni idea de que ya existe la L.O.O.T. -Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial-, que establece la creación de Regiones y de Provincias. Eso de “sub y micro regiones”… es una pendejada que se inventaron en su ignorancia.
A finales de los años 80 del siglo pasado y siendo gobernador del Valle del Cauca el doctor Ernesto González Caicedo, la Asamblea aprobó un proyecto de ordenanza presentado por él y mediante el cual se creaban las Provincias al interior del departamento como unidades administrativas en reemplazo de los Distritos, de los cuales existieron casi una docena. El solo Norte estaba dividido en cuatro de ellos, con sedes en Cartago, Sevilla, Zarzal y Roldanillo. Esa fue la maniobra de un gobernador godo para ahogar nuestra tradicional rebeldía, que se expresó en sucesivos conatos de creación de un nuevo departamento.
En acto muy concurrido y con la asistencia de los alcaldes de los 42 municipios, el Ministro de Gobierno, la Directora de Planeación Nacional y gobernadores de otros departamentos, se entregó a la opinión pública la culminación de ese proceso (que duró dos años) y del que éramos pioneros para todo el país. Los periódicos caleños publicaron ediciones extraordinarias con los contenidos de la ordenanza y los 18 decretos reglamentarios con los que González Caicedo había puesto a andar esa gran reforma, entre ellos el contrato con la Universidad del Valle para que determinara cuántas y cuáles Provincias habría.
Ese estudio dictaminó que nuestro Norte debería estar conformado por 16 municipios, es decir casi lo que tradicionalmente ha sido, pero a Sevilla y Caicedonia los incluyó en otra Provincia, con sede en Tuluá. Esto no consulta las realidades de este Norte: Caicedonia tiene más cuenca del río “De la Vieja” que Cartago. Y junto con Sevilla hace parte del Paisaje Cultural Cafetero, que es propio de esta parte del departamento. El resto… es cultura de la detestable caña de azúcar, que está convirtiendo a la parte plana en un “desierto verde”.
Desafortunadamente, a este gobernador no lo confirmó el nuevo presidente -Gaviria- para que consolidara el proceso de modernización de la administración pública y nombró a un segundón, que se encargó de reversarlo. Alguien que estuvo presente me informó que en horas de una madrugada, un diputado (y del Norte) presentó la proposición pidiendo archivar todo lo aprobado. Este vendido nunca entendió lo que significaba para nuestra Provincia. Y se frustró así lo que hubiera sido un gigantesco paso -todo un salto- en el proceso de descentralización política, administrativa y fiscal que, por esas calendas, estaba en todo su furor.
Ahora leo en esta misma página web que la asamblea actual acaba de aprobar el P.O.T. -Plan de Ordenamiento Territorial- Departamental, que divide al Valle del Cauca en lo que llaman allí subregiones. Y a nuestro Norte lo dividen de la misma manera que hace treinta años: reconocen que somos al menos 16, pero se inventan dos “micro-regiones” entre las cuales nos subdividen. Lo que causa extrañeza (y hasta una sonrisa sarcástica) es que estos sabios no tienen ni idea de que ya existe la L.O.O.T. -Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial-, que establece la creación de Regiones y de Provincias. Eso de “sub y micro regiones”… es una pendejada que se inventaron en su ignorancia, para denominar lo que ya tiene nombre legal: Provincias.
Esa misma Ley Orgánica y la recientemente aprobada Ley de Regiones explican cómo se deben crear, en primer lugar, las P.A.P. (Provincias Administrativas y de Planeación) al interior de los departamentos. En Antioquia -allá siempre saben en dónde ponen las garzas- ese proceso de su creación ya comenzó. Sugiero que a los sabios de Planeación del Valle del Cauca les otorguen unas becas… y se vayan a estudiar a Medallo. Un tiempo doblemente perdido: primeramente, no solo el que se empleó en discutir y aprobar la ordenanza del doctor González Caicedo, sino el que ha pasado desde esa fecha hasta el día de hoy. Y segundamente (repito que me encanta jugar con mi castellano), el que se gastaron los funcionarios de hogaño -“mesejantes” lumbreras- para producir el chorro de babas con el que salieron. Avemaría…
Y por enésima vez repito lo que salió publicado en el semanario “La Voz del Norte” que dirigía don Jorge Ramírez Molina -su fundador- por esa época y que luego replicó el semanario “El Mariscal” de Cartago, el 29 de enero de 1989: “Hoy, en vísperas de la creación de las Provincias al interior del departamento, por iniciativa del actual gobernador, doctor Ernesto González Caicedo, podemos entender porqué siempre califiqué a ese debate como histórico. La reaparición de las Provincias supone ese replanteamiento pedido. Hoy y gracias al doctor González, la vallecaucanidad es más alta y más ancha. Él la ha perpetuado ampliándola, creciéndola para que quepa la nortevallecaucanidad. Hoy es más evidente que el Valle es también loma y que la vallecaucanidad es un concepto cultural más complejo -y más completo- que el elemental “oiga, vea” de la cultura de la caña de azúcar (…)”. El debate aludido fue por la emisora “Ondas del Valle” -en abril de 1985- al conmemorarse un año más de la creación del departamento. En su momento, sus conclusiones merecieron amplio espacio en el diario “El País” e, inclusive, editorial de otro periódico -“El Pueblo” hoy desaparecido lamentablemente- y que fue publicado el 1o. de junio de 1985 bajo el título “La Provincia Nortevallecaucana exige respuestas”, cuyo texto completo fue dado a conocer por la propia emisora “Ondas del Valle”. (Ese editorial fue escrito… por mano cartagüeña.)
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