Al momento de decidir qué hacer o en qué creer, el pensamiento analítico es un tipo de razonamiento de gran utilidad, ya que se encarga de incentivar la reflexión de las personas sobre un problema para encontrar una respuesta correcta y razonable. Se trata de un razonamiento que ayuda al desarrollo de habilidades esenciales para comprender y resolver problemas con mayor facilidad.
El pensamiento analítico es el proceso que permite identificar y organizar de manera sistemática un problema o situación en pequeñas partes, determinando su relación con el mundo en general, con el objetivo de priorizar las partes que demandan una actuación inmediata.
Son varias las características del pensamiento analítico que lo convierten en un proceso esencial en la resolución de problemas desde una perspectiva razonable y reflexiva con evidencias bien definidas, sin dejar intervenir a las emociones en este proceso y en la decisión a tomar.
Para el desarrollo de este pensamiento, se necesita tener la habilidad de cuestionamiento, de esta manera se podrá analizar con mayor precisión, claridad y detalle, el qué y el por qué de un problema o situación específica.
El proceso analítico está conformado por tres fases diferenciadas que ayudan a obtener una conclusión definitiva. La primera etapa es la analítica, en esta se separan las partes del problema o situación, con la finalidad de analizar por separado su significado, para dar prioridad a los aspectos que lo requieran.
Continúa con la etapa secuencial, en esta parte del desarrollo del raciocinio analítico se estudia de manera lineal las partes involucradas, sin saltarlas o alterarlas, hasta lograr una solución. El proceso de razonamiento finaliza en la etapa resolutiva, donde se termina con la búsqueda de la solución al problema, a través de una resolución mediante la toma de una decisión.
El pensamiento analítico es de suma importancia porque puede ayudar a resolver los problemas que se presenten en ámbitos personales, laborales y académicos. Con el desarrollo del proceso analítico, se logra un análisis y reflexión más precisos, gracias a esto se evita juzgar y tomar decisiones de manera precipitada ante un problema o situación.
Mediante su uso se pueden frenar conductas impulsivas que puedan agravar aún más el problema, las ideas están mejor defendidas al ser más claras, y la auto-observación es una actitud que se desarrolla y permite un mejor conocimiento propio y de las decisiones tomadas.
Quienes cultivan el pensamiento analítico son capaces de resolver problemas con mayor facilidad, al evaluar las diferentes alternativas para una misma situación, así como tienen en cuenta las repercusiones de cada una, por lo que se plantea una solución efectiva.
Esto resulta de gran utilidad dentro del ámbito laboral y profesional, ya que con este tipo de razonamiento se puede trabajar con una mayor cantidad de datos para su evaluación.
Cuando una persona estimula el pensamiento analítico, termina por desarrollar habilidades esenciales para sus actividades diarias.
Identificar la falta de información o de coherencia en los argumentos es más sencillo, dado que las relaciones de causa y efecto son establecidas con una mayor diferencia, teniendo en cuenta los diversos orígenes y sus repercusiones.
Los procesos secuenciales se describen sin errores, esto ayuda a que la interpretación de datos y de los posibles resultados se pueda analizar con mayor eficiencia y precisión.
Además, las conclusiones o resoluciones del problema son expresadas de manera objetiva y coherente con las partes del mismo. También facilita la agrupación de aspectos cualitativos, su organización y el uso de recursos para expresar la información, como tablas o gráficos.
Para entrenar y potenciar el desarrollo del razonamiento analítico, se pueden montar rompecabezas, realizar juegos de búsqueda, completar puzles y participar en juegos de mesa.
Con estas actividades, la estimulación del desarrollo del pensamiento analítico es más efectiva, dado que se mejoran habilidades como la atención, la capacidad de analizar, la resolución de problemas y el uso de la lógica, por ejemplo.
La rapidez de vida actual, tanto en el ámbito personal como laboral, requiere tener una toma de decisiones precisas, para que se pueda solucionar un problema o situación rápidamente. Por eso, el pensamiento analítico es una herramienta importante para obtener una respuesta efectiva y en poco tiempo.
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