El País | Cali | 06 OCT 2015 – 9:09 pm
Por considerar que las pruebas que presentó la Fiscalía no eran lo suficientemente contundentes para establecer la plena responsabilidad de uno de los presuntos homicidas de dos sacerdotes en el municipio de Roldanillo, un Juzgado de Buga absolvió a uno de los investigados.
Se trata de un menor de 17 años, quien desde el año pasado, junto con Félix Alberto Beltrán Feijó, de 49 años, detenido en la cárcel de Palmira, estaba vinculado a esa investigación.
De acuerdo con la abogada de las víctimas, Diana María Pinzón Arenas, el Juzgado Segundo de Menores de Guadalajara de Buga, consideró que las pruebas aportadas por la Fiscalía en el juicio, “no eran suficientes para establecer la responsabilidad del menor”, por lo que la decisión en primera instancia de ese despacho fue absolver al implicado, desvinculándolo del proceso.
Según la jurista, en los próximos cinco días hábiles, tanto los abogados de las víctimas como la Fiscalía, interpondrán un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Buga.
“Esta decisión es muy dolorosa para la familia de los sacerdortes asesinados, después de dos largos años de esperar que se haga justicia”, manifestó la abogada de las víctimas.
Asimismo, la abogada indicó que este proceso ha sido muy largo y dispendioso, si se tiene en cuenta que el homicidio de los padres, Bernardo Echeverry Chavarriaga, de 69 años y Héctor Fabio Cabrera Morales, de 27, se registró el 27 de septiembre de 2013 y hasta ahora no se conoce sentencia condenatoria.
En el mismo sentido se pronunció Dilia Morales, la madre del sacerdote, Héctor Fabio Cabrera, quien dijo que decisiones como las que tomó este martes la Juez de Menores de Buga, “es muy desalentador”, pues lo que más teme la familia del religioso asesinado es que este caso quede en la impunidad.
Es de recordar que estas muertes violentas se perpetraron en la Casa Cural de la iglesia San Sebastián en el municipio de Roldanillo hacia la medianoche de ese viernes 27 de septiembre, al parecer a manos de un hombre, que estaba recién salido de la cárcel y un menor, supuestamente adicto a las drogas, que en ese entonces tenía 15 años.
De acuerdo con la investigación que adelantó un grupo especial de la Dijín de la policía que se trasladó a esa población del norte del Valle, todo apunta al robo de las pertenencias de los religiosos como el móvil del crimen.
Se cree que estas personas se escondieron en el templo al terminar la última misa del día.
El padre Bernardo Echeverry, oriundo de Medellín, había cumplido 69 años de edad. Llevaba 43 años de ser ordenado sacerdote estaba esperando su jubilación, la cual había dicho iba a disfrutar en Roldanillo, según explicó Beatriz Echeverry, una de sus ocho hermanos.
Por su parte, el padre Héctor Fabio Cabrera, de 27 años, llevaba sólo un año y medio de ser ordenado sacerdote por la Diócesis de Cartago y entre sus proyectos estaba irse para España a continuar estudios más especializados en teología, según explicó su tía, Beatriz Eugenia Morales
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