Miles de colombianos se lanzaron el sábado a las calles de las principales ciudades del país formando una «mancha amarilla» para celebrar la histórica clasificación de su selección de fútbol a los cuartos de final del Mundial de Brasil, después de la victoria 2-0 sobre Uruguay.
Hombres, mujeres, niños y hasta personas de la avanzada edad salieron a las calles de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y otras ciudades de Colombia vistiendo camisetas amarillas, batiendo banderas y haciendo sonar trompetas y la bocinas de los vehículos que comenzaron a recorrer las calles en improvisadas caravanas.
Es la primera vez en toda su historia de participación en los Mundiales que Colombia clasifica a los cuartos de final, en los que tendrá que enfrentar a Brasil, la selección anfitriona que sufrió para avanzar y dejar el camino a Chile en la definición por penales.
Esto es increíble, Uruguay no era un equipo fácil, pero ganó Colombia, excelente
«Esto es increíble, Uruguay no era un equipo fácil, pero ganó Colombia, excelente, jugó el mejor partido del Mundial», dijo Kathia Ocoro, una estudiante universitaria de 23 años en el norte de Bogotá.
La felicidad y la celebración de la denominada «fiebre amarilla», nombre con el que ha sido llamada la afición colombiana por el color de la camiseta de su selección, llegó hasta el presidente Juan Manuel Santos.
«Colombia está feliz, todos estamos felices, hoy es un día histórico, nuestra selección pasó a cuartos de final, por primera vez en la historia Colombia llega a ese punto y vamos a continuar», declaró el mandatario desde la ciudad de Cartagena, sobre el litoral Caribe.
«Todo Colombia está apoyando a nuestra selección, toda Colombia se siente orgullosa de nuestra selección porque nuestra selección nos está mostrando un camino, que cuando se piensa en grande y se actúa en grande se logran los objetivos», agregó.
Unidades de la policía aislaron algunas zonas de Bogotá y desviaron el tráfico de vehículos para permitir la concentración de los aficionados en sitios como parques y centros comerciales.
«Ojalá que la alegría no sea en el fútbol, sino que llegue la paz en La Habana, que se haga la paz», dijo en medio de un ensordecedor ruido de pitos John Fredy Barón, un empleado de una fábrica, refiriéndose a la negociación que mantiene el Gobierno con las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El diálogo de paz busca poner fin a un conflicto interno de medio siglo que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
Barón opinó que Colombia tiene el fútbol y el talento para superar a Brasil y seguir haciendo historia.
«Ojalá que todo sea transparente porque hay rumores que quieren llevar como sea a Brasil a la final, que todo sea limpio y que Colombia sea el ganador y el campeón», concluyó el aficionado de 30 años.
Fuente: Terra.com / Luis Jaime Acosta. Editado por Marion Giraldo
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