Así lo anunció el encargado de la cartera de salud, Fernando Ruíz, desde la ciudad de Medellín.
Ruíz, indicó que desde el próximo martes 17 de noviembre, todos los bares que estén ubicados en municipios con alta o mediana afectación por el Coronavirus deberán cerrar antes de la media noche.
Con esta medida, el gobierno nacional busca evitar que aumenten desmesuradamente los casos de contagio en medio de las celebraciones de fin de año, especialmente en los municipios más afectados.
Según explicó el ministro, se podrá evitar que las personas en estado de alicoramiento disminuyan sus medidas de bioseguridad y terminen contagiándose de la COVID-19.
Así mismo, anunció medidas que por el momento solo se aplicarán en Antioquia durante el puente festivo de la Independencia de Cartagena.
En esta región del país habrá ley seca desde las 2 de la tarde del viernes y hasta las 5 de la mañana del sábado y toque de queda desde las 11 de la noche y hasta las 5 de la mañana.
La medida regional busca evitar contagios durante el partido de la Selección Colombia contra Uruguay, que se disputará este viernes, 13 de noviembre, en horas de la tarde.
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Bares inconformes y en desacuerdo con la medida
Los propietarios de bares y comerciantes rechazaron la medida tomada por el ministro de Salud.
Más de mil personas se concentraron en el centro de Medellín para participar de un velorio simbólico organizado por el sector del entretenimiento y turístico para rechazar las medidas de toque de queda y ley seca impuestas por las autoridades para reducir la velocidad en los contagios del coronavirus.
Con un par de ataúdes al hombro, un trompetista interpretando una marcha fúnebre y un hombre disfrazado de muerte, la mancha negra se fue extendiendo por una de las vía principales de esta ciudad como protesta por el cierre de bares y restaurantes, entre otros establecimientos.
Desde dueños de bares, restaurantes y hoteles hasta DJ, cocineros, músicos, banqueteros, artistas y propietarios de operadoras turísticas participaron del plantón, al que asistieron vestidos de negro y utilizando mascarilla para cargar banderas y pancartas con mensajes contundentes y cada tanto gritar: “¡déjennos trabajar!”.
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