El crimen de Sofía Delgado, una niña de 12 años desaparecida el 29 de septiembre en el corregimiento de Villagorgona, Candelaria, Valle del Cauca, ha sacudido a Colombia. Brayan Campo, de 32 años, vecino de la víctima, confesó el atroz asesinato, sumiendo a la comunidad en un profundo estado de conmoción.
Gracias a un trabajo conjunto entre la Policía Metropolitana de Cali y la Fiscalía General de la Nación, Brayan Campo fue capturado por su presunta participación en la desaparición y muerte de la menor. Las investigaciones revelaron que Campo, además de estar vinculado al caso de Sofía Delgado, tenía un historial perturbador: una obsesión con el nombre Sofía. Sorprendentemente, no solo su hija de seis años se llama Sofía, sino que también estuvo involucrado en un caso previo de abuso sexual a otra niña con el mismo nombre.
Confesión y pruebas
Durante los interrogatorios, Brayan Campo confesó la desaparición y asesinato de Sofía Delgado, a su vez aseguró que su pareja sentimental, Evelyn Julieth Rodas, no tuvo participación en el crimen, por lo que fue liberada tras la captura inicial.
En la residencia de Campo se encontraron rastros de sangre y otras pruebas incriminatorias que confirman su responsabilidad en el atroz crimen.
La gobernadora del Valle del Cauca comentó sobre la situación, indicando que Campo presenta serios problemas de salud mental, lo que podría haber influido en su comportamiento obsesivo. La audiencia de imputación de cargos está programada para las 11:00 de la mañana de este viernes 18 de octubre, donde podrían arrojar nuevas revelaciones sobre el oscuro trasfondo de este trágico crimen. Se espera que tras la audiencia Campo sea trasladado a un centro carcelario.
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El caso continúa bajo investigación y las autoridades esperan esclarecer más detalles en los próximos días.
Reacción de la comunidad
El crimen de Sofía Delgado no solo conmocionó a su familia y vecinos, sino que generó una ola de indignación en la comunidad de Candelaria. En un acto de justicia por mano propia, los residentes incendiaron la casa de Brayan Campo, quien además era propietario de una veterinaria en la zona. Este suceso refleja la profunda frustración y dolor que ha causado la muerte de la menor.
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