La conformación de una veeduría ciudadana para vigilar de cerca el avance de las obras de Vías del Samán ha sido el último desarrollo en medio de la polémica suscitada por la tala de árboles en el sector de Galicia, destinados a la construcción del nuevo retorno.
La construcción de la rotonda de Galicia, como parte integral del Programa Vías del Samán, ha generado no solo preocupación, sino también molestia entre los habitantes locales debido a la suspensión temporal de las obras por parte de la autoridad ambiental. Esta medida se tomó debido a la falta de algunos permisos y licencias, así como a la intervención inadecuada de algunos humedales en la zona.
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención y ha desatado el descontento público es la cantidad de árboles de la especie samán que han sido talados para dar paso a la construcción. Estos árboles, que fueron plantados por las mismas familias que habitaron la zona hace años, se han convertido en un símbolo de tradición y protección ambiental para la comunidad.
La representante a la Cámara por Risaralda, Carolina Giraldo, ha expresado su preocupación al respecto, señalando que si bien es necesario llevar a cabo la obra vial, esta podría haberse planteado de una manera más armoniosa con el medio ambiente, evitando la tala indiscriminada de estos árboles emblemáticos.
La veeduría ciudadana, recientemente conformada, no solo estará enfocada en supervisar el desarrollo de esta obra en particular, sino que también estará atenta a posibles afectaciones ambientales que puedan surgir en otras obras incluidas en el Programa Vías del Samán.
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Desde el Programa Vías del Samán, se ha afirmado que la tala de los 152 árboles estaba contemplada desde el inicio de la obra, y se ha asegurado que se llevará a cabo un proceso de reforestación y compensación en las zonas aledañas. Se tiene prevista la siembra de más de mil árboles como parte de este proceso de mitigación ambiental.
Esta situación pone de manifiesto la importancia de equilibrar el desarrollo urbano con la protección del medio ambiente, así como la necesidad de una supervisión activa y una participación ciudadana informada en proyectos de gran envergadura como el Programa Vías del Samán.
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