Si uno nunca tuvo la oportunidad de hacerlo, redactar una carta de recomendación puede ser una de las actividades más incómodas de la vida laboral. No solamente es difícil evaluar el desempeño de un excompañero, sino que el hecho de que hacerlo bien (o mal) pueda influir en su futuro trabajo agrega presión adicional.
Pero el no saber no debería darles vergüenza, tampoco es algo que enseñen en la secundaria o universidad. Como muchas otras habilidades más sutiles de la vida adulta, es una cosa que se aprende a prueba y error.
Es por eso que hoy les traemos una guía rápida y comprensiva sobre cómo escribir una buena carta de recomendación. Explicaremos paso por paso y con ejemplos su tono y estructura. Además, quienes se queden leyendo hasta el final van a poder encontrar un interesante método mnemotécnico.
El tono y la forma
Es posible que no sea necesario aclararlo, pero preferimos no dejar nada por hecho: el tono adecuado es fundamental. Como supondrán, al ser una carta o mail laboral, es necesario adoptar un tono formal. Pero tampoco debe ser demasiado formal hasta el punto en que parezca artificial y poco sincero.
Lo ideal es siempre tomar un tono profesional que se mantenga formal, pero sin parecer que está escrito por un robot. Una buena forma de encontrar el balance adecuado sería imaginar que le están escribiendo una carta a su jefe en su primera semana de trabajo.
Por otro lado, también es importante no irse por las ramas. En este tipo de cartas lo ideal es aprovechar el espacio, por lo que lo ideal es que no se extiendan demasiado.
Saludo Inicial
Si bien esto es una parte que puede parecer muy obvia, a mucha gente suele olvidársele. La primera parte de toda comunicación formal debe ser escribir al destinatario, el cual, en lo posible, debe ser llamado por su nombre. En el caso de no conocer el nombre del destinatario, podemos reemplazarlo por un “a quien corresponda”. Otro detalle que suele estar incluido (y en el caso de recomendaciones importantes debe estarlo) es la fecha y el lugar desde donde se escribe la carta.
Un ejemplo de un buen saludo inicial sería entonces:
Buenos Aires, 19 de diciembre de 2022.
A [nombre de la persona a quien nuestro compañero enviará su solicitud/ a quien corresponda]:
Introducción
Inmediatamente después del saludo inicial, primero pasaremos a presentarnos e incluir nuestro puesto, empresa y, si lo consideramos pertinente, cuánto tiempo pasamos trabajando con nuestro compañero. Luego lo mencionaremos con su nombre y apellido, y el puesto que está buscando.
Un ejemplo de introducción sería:
Mi nombre es [X], tengo la suerte de desempeñarme en [nombre de la empresa] junto con [nombre y apellido de nuestro compañero] desde hace más de 10 años.
En esta oportunidad, me gustaría recomendar a [nombre y apellido de nuestro compañero] para el puesto de [X] en la empresa [Y].
Cuerpo de la carta
Ahora pasamos a la parte más importante de la carta. Acá es donde van a tener que explicar (y en lo posible destacar) las cualidades laborales positivas de su compañero, sus logros y habilidades. Traten de tener en cuenta el puesto al que está aplicando su compañero al momento de redactar esta parte. Esto les va a permitir enfocarse en resaltar lo más importante y evitar poner información no relevante.
Si bien esta parte es muy específica, un ejemplo general de esto podría ser:
[Nombre de nuestro compañero] es una persona responsable que ha demostrado una y otra vez capacidades de liderazgo bajo presión. Su carisma natural y habilidades sociales y comunicacionales brillan cada vez que surge un conflicto dentro de nuestro personal.
Cierre
Como toda carta formal, es necesario siempre incluir una breve sección de cierre. Acá vamos a incluir. Adicionalmente, lo ideal sería agregar nuestra firma (puede ser digital en el caso de un mail), y teléfono, email o ambos. Esto último va a ser muy conveniente en él, muy probable, caso que el destinatario quiera contactarse con nosotros para hablar sobre nuestro compañero.
Un cierre bien redactado se vería más o menos así:
Habiendo dicho todo esto y sabiendo que conozco profundamente a [nombre y apellido de nuestro compañero], creo que él/ella podría ser una adición perfecta para su empresa.
Atentamente, [tu nombre y apellido, título profesional y puesto en la empresa].
[Firma]
[Número de teléfono]
[Dirección de correo electrónico]
El Método Íñigo Montoya
Acordarse de todo esto lleva práctica, pero eventualmente uno lo termina haciendo de forma automática. Una forma de lograr incorporarlo con más facilidad sería usar el llamado “método Montoya”. Este sigue la misma estructura de la frase de Íñigo Montoya en la famosa película “The Princess Bride”: “Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.”.
Si bien el orden de las partes del método Montoya puede variar (siendo el textual utilizado más frecuentemente en emails semiformales) todos los elementos son fundamentales para una comunicación formal apropiada.
“Hola, me llamo Íñigo Montoya”: De la misma forma que la frase, empezamos con un saludo hacia nuestro destinatario, luego, proseguimos a presentarnos con nuestro nombre y apellido.
“Tú mataste a mi padre”: Después pasamos a nombrar la conexión que tenemos con el destinatario.
“Prepárate a morir”: Por último, tenemos que comentar brevemente el motivo de nuestra carta o mail. En este caso, un objetivo un poco más agradable que el de Montoya.
Cabe también agregar que el método Montoya es útil no solo para cartas de recomendación. Desde emails laborales hasta cosas más cotidianas como contratar a un pintor, esta es una gran estructura para cualquier mensaje que incluya una solicitud: es concreto, educado y va directo al punto.
Un ejemplo sería “Hola, soy Fulano. Mengano me pasó tu contacto. Quería saber el precio por pintar un portón.”
Con este curioso extra terminamos nuestra guía de hoy. Esperamos que hayamos sido claros y concisos. Si todavía les quedó alguna duda, la forma más sencilla de solucionarla es buscar ejemplos concretos de cartas ya escritas. Desde ya, gracias por leernos.
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