Una arquitectura grecorromana se avizora en la vereda Montegrande, del municipio de Caicedonia, los domos y cruces dan cuenta del imponente Templo de Santa María madre de Dios, una cita imperdible con la fe en este municipio norte vallecaucano.
Administrado por Selenne Tamayo Sánchez, miembro de la congregación de Jesús que allí reside, este templo se ha convertido en una alternativa religiosa para propios y visitantes, que no solo orientan su fe en el cristianismo, sino que se dejan asombrar por los acabos modernos que el templo tiene.
Una gruta de agua que recorre la entrada hasta el sagrario, una copia de la Basílica de San Pedro, en Roma, es una de las más llamativas bases del templo.
Solo 9 kilómetros de la cabecera municipal separan a la comunidad de este templo que tiene abiertas sus puertas todos los días para los feligreses que quieran entrar y elevar plegarias.
Tamayo Sánchez asegura que “a partir de que se da la idea de una vida religiosa de misioneros que fueron por el mundo, necesitábamos una capilla. Ya teníamos una autorización de la Diócesis para tener al santísimo en esa capilla, comenzaron los peregrinos a venir y nos dimos cuenta que teníamos más de 1.000 peregrinos que necesitaban un sitio más digno donde ellos pudieran descansar sus almas”.
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