Valle del Cauca

En Buenaventura un sicario vale 350 mil pesos al mes

En Buenaventura un sicario vale 350 mil pesos al mes El Tiempo | Bogotá D.C. | 03 ABR 2014 – 10:37 am

Muchachos en pantalonetas y camisetas, armados con Mini-uzi, fusiles AK 47, pistolas 9 milímetros y hasta granadas de mano, son parte del paisaje de parte de los barrios pobres de Buenaventura desde hace 19 años.

Las Farc fueron los primeros en reclutar. Indagan si políticos patrocinan bandas

En ese entonces, los jefes de los frentes 30 de la Farc y del Liberado García, empezaron a recorrer sus comunas reclutando hombres para nutrir sus milicias urbanas. Durante siete años (1995-2002) fueron ellos los que reinaron en la ciudad, inaugurando el negocio de la extorsión, apropiándose de rutas del narcotráfico y convirtiendo a los jóvenes del puerto en cantera de guerrilleros. (Lea también: La historia de un miembro de ‘la Empresa’)

Pero el mando cambió. A principios del 2002, el Bloque Calima de las Autodefensas llegó al puerto e instaló su centro de finanzas, acaparando el negocio del narcotráfico. ‘Chilapo’, ‘el Cura’ y un exmilitar conocido como ‘Sergio’, se convirtieron en los amos y sembraron el terror con cerca de 150 hombres que recorrían las comunas día y noche.

En la Fiscalía está documentado cómo los ‘paras’ empezaron a llevar a los muchachos del puerto a una escuelas de sicarios en San Miguel, una vereda del municipio Buenos Aires (Cauca). Además del manejo de armas y a desmembrar cuerpos, fueron entrenados para saquear los poliductos de Ecopetrol ubicados en la vía Cartago-Yumbo y Yumbo-Buenaventura.

Del cartel a los ‘paras’

Antes de ser extraditado, el paramilitar Éver Veloza, alias ‘HH’, les aseguró a las autoridades que el oficial de la Policía Danilo González –ficha de la mafia del Valle– los contactó con las bandas que actuaban en Buenaventura para que les ayudaran a afianzar su poder en la ciudad. Y así fue.

“Uno de esos combos era ‘la Empresa’, pistoleros que trabajaban para el cartel del Norte del Valle y que se apoderaron de la ciudad luego de la desmovilización del Calima”, asegura un oficial de la Dijín.

La toma del puerto por parte de esa organización, contó con el apoyo de ‘los Rastrojos’, ejército privado de Javier y Enrique Calle Serna, ‘los Comba’. En esa época, un muchacho de una comuna podía recibir hasta un millón de pesos por trabajar para la mafia.

Sin embargo, con el sometimiento de ‘los Comba’ a Estados Unidos, en 2012, ‘la ‘Empresa’ vio mermados sus ingresos y empezó a perder terreno militar con un nuevo huésped: la banda criminal de ‘los Urabeños’, paramilitares puros, al mando de Daniel Rendón, ‘don Mario’, que revivieron el reclutamiento y se apoderaron a sangre y fuego de la ciudad.

Según la Dijín, para ganar la guerra por la ciudad, ambas estructuras criminales empezaron a reclutar, incluso, a menores. “Son jóvenes desescolarizados, de precarios recursos económicos y, en especial, desmovilizados o integrantes de bandas delincuenciales. Y en Buenaventura abundan”, explicó un oficial.

Y agregó que la situación de extrema pobreza en la población es tal, que la mayoría ha sido enganchada con salarios que oscilan entre 350.000 y 400.000 pesos mensuales.

“También los seducen dándoles un revólver que les permiten usar para ‘vueltas’ personales como el cobro de extorsiones en tiendas, servicio de transporte público, comercio y casas familiares”, explicó.

Y advirtió que el salario puede aumentar si los ‘reclutas’ son jefes de comuna, de barrio o de cuadra.

Según el personero de Buenaventura, Álvaro Martán, el 70 por ciento de los jóvenes de la ciudad están inmersos en el conflicto.

Labores de inteligencia han permitido establecer que los muchachos reclutados por ‘la Empresa’ son llevados a un sector conocido como la Piscina, en el barrio El Progreso. Y el lugar de reunión de ‘los Urabeños’ es la finca El Potedo.

¿Políticos detrás?

Las autoridades tienen información de que estas bandas manejan casi todos los eslabones del narcotráfico y que han acumulado tanto poder que ya no trabajan para ningún cartel o ‘capo’.

Después de que la Policía capturó varios de los máximos cabecillas de ‘los Urabeños’ (entre ellos ‘el Negro Orlando’, ‘Capri’, ‘Resorte’ y ‘Jonny’) han surgido otros jefes. En la lista aparecen Víctor Manuel Castro, ‘Garrotico’ y Jorge Eliécer Martínez, ‘Mitochi’. Y en ‘la Empresa’, asumieron el poder Orlando Cuervo, alias ‘Orejas’ y Carlos Echavarría, ‘Corsa’.

Pero hay una pista que podría dar un giro al análisis de la violencia en el puerto. Los investigadores indagan si, tal como lo señalan informantes, hay tres políticos locales patrocinando a esas bandas y desviando dineros del erario para mantenerlas vivas.

Cuando se pidieron sus nombres, la Policía respondió que, por ahora, es reserva del sumario.

También está bajo reserva una posible alianza de ‘los Urabeños’ con las Farc.

“No olvide que ‘Otoniel’, jefe de esa banda criminal, primero fue guerrillero y no tiene problema en negociar con quien sea para asegurar el dominio de la zona”, explicó un oficial de inteligencia.

‘La gran mayoría de las capturas es de cabecillas’

El comandante de la Policía de Buenaventura, el coronel José Miguel Correa, informó que en lo corrido del año han realizado 131 capturas de miembros de bandas criminales. 73 de los ‘Urabeños’ y 58 de la ‘Empresa’. “La gran mayoría son de cabecillas de primer y segundo nivel. No se han cogido todos pero sí se ha afectado a casi el 90 por ciento”, dijo. Se han incautado, además, 71 armas de fuego.

El oficial señaló que en la intervención al puerto hay 1600 policías y casi 500 Infantes de marina.

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