El ecologista Néstor Ocampo alertó sobre un grave daño ambiental y un posible deterioro cultural en un lote contiguo al Museo del Oro Quimbaya, ubicado en el norte de Armenia, Quindío. Las intervenciones en el terreno podrían afectar tanto el entorno del museo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) de Carácter Nacional, como el ecosistema que lo rodea.
¿Se están violando normativas de protección cultural?
Según Ocampo, las urbanizaciones en la zona podrían transgredir la Resolución 1773 del 25 de octubre de 2007 del Ministerio de Cultura, que establece restricciones a cualquier intervención en entornos declarados patrimonio cultural.
“Lo que se haga allí podría poner en peligro el entorno del Museo del Oro Quimbaya, que es parte de nuestro Patrimonio Cultural. La ley establece limitaciones a las intervenciones en estos bienes, ¿se están cumpliendo en este caso?”, cuestionó el activista.
Riesgo ambiental: afectación a la quebrada El Paujil
Además del impacto cultural, la urbanización en curso representa una amenaza para la microcuenca de la quebrada El Paujil, un ecosistema que alberga una diversidad biológica singular.
De acuerdo con la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), en este hábitat viven mamíferos como zorros, conejos y guatines, que han sido avistados en los jardines del museo. Ocampo advierte que el relleno que se está realizando en el lote podría dañar el nacimiento de la quebrada, lo que afectaría el equilibrio ecológico del sector.
Preocupación de residentes y falta de control por parte de las autoridades
Otra inquietud es la cercanía de los trabajos al Conjunto Residencial Palmas de Corintia, lo que ha generado preocupación entre los habitantes de la zona.
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“¿Se están respetando los derechos y bienes de quienes residen en el sector?”, cuestionó Ocampo, quien como Vigía del Patrimonio Cultural instó a las autoridades a emitir un informe público y transparente sobre el caso.
Finalmente, el ambientalista denunció la falta de regulación frente a las constructoras en Armenia y el Quindío, señalando que muchas urbanizan sin control ni respeto por el patrimonio ambiental y cultural. “No hay autoridad que las controle, son indiferentes, incapaces o cómplices; de cualquier manera, algo inaceptable. Es necesario tratar el asunto y resolverlo”, concluyó.
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