El grupo investigador detalló que los resultados finales se mostrarán en noviembre de este año
Las variaciones de la humedad y el derretimiento de glaciares altoandinos, entre otros eventos, afectados por los fenómenos de El Niño y La Niña, influyen en el incremento de plagas como la broca y la araña roja, además de incendios forestales.
Estos son algunos datos preliminares del proyecto de investigación “Vulnerabilidad y adaptación de las poblaciones rurales a las variaciones climáticas extremas”, Vacea, a través del cual se están evaluando indicadores de vulnerabilidad y estrategias de adaptación a los extremos climáticos en cinco cuencas hidrográficas de Canadá, Colombia, Argentina, Chile y Brasil.
En el ámbito local, el equipo colombiano, dirigido por el docente Germán Poveda, de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, está estudiando la cuenca del río Chinchiná, que se extiende desde el Nevado del Ruiz, a 5.400 metros sobre el nivel del mar (msnm) en la cordillera central de los Andes, hasta el río Cauca a 780 msnm.
Durante el tiempo transcurrido desde el inicio del proyecto (2013-2017), hasta la fecha, se detectaron 86 problemáticas condensadas en cinco nodos relacionados con la variabilidad climática y su impacto negativo, la gestión ambiental incipiente, los riesgos por eventos hidrometereológicos extremos, la reconfiguración de las dinámicas agropecuarias y, por último, las políticas públicas que desestimulan el sector.
Los resultados preliminares, socializados ante los miembros del Consejo de Cuenca (líderes comunales, representantes ambientales y campesinos, entre otros), son producto de estudios técnicos, antropológicos y sociales que tuvieron como eje la población cafetera y su relación con el clima. En estos se destaca la presencia de erosión y pérdida del suelo, al igual que la migración de los agricultores y el empobrecimiento de las familias cafeteras.
“Identificamos las amenazas y, a partir de ahí, se desprenden los problemas que clasificamos como nodos, partiendo de un estudio que adelantamos en esta zona del departamento. Con ello, buscamos visibilizar cómo afectan las variaciones del clima y qué hay por hacer para mitigarlas”, expuso Jorge Julián Vélez, docente de la U.N. Sede Manizales, e integrante del equipo investigador.
La investigación registró otra serie de anomalías que apuntan a una gestión ambiental incipiente con prácticas que afectan la sostenibilidad, como, por ejemplo, pozos sépticos inadecuadamente instalados que generan impacto en los suelos y las aguas, alta carga de contaminantes sólidos y vertimientos líquidos en la cuenca. Adicionalmente, se evidencia la carencia de sistemas de tratamiento de aguas residuales domésticas, agrícolas e industriales.
“Hay dos extremos de clima que se originan tras la presencia de los fenómenos de La Niña y El Niño. Pasamos de olas de calor intensas a tener mucha nubosidad, humedad y bajas temperaturas. A partir de ahí estudiamos qué está pasando con el clima, cómo se ven afectados los pobladores y qué pasará a futuro”, detalló Sandra Turbay, docente de la Universidad de Antioquia, involucrada en la investigación.
En el proyecto también se deja claro que, en cuanto a la reconfiguración de las dinámicas agropecuarias de la región, son determinantes la volatilidad del precio del café, la fragmentación y concentración de la propiedad de la tierra y la presencia de minería, entre otros aspectos.
Fuente: Ag. UN
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