En un contundente operativo del GAULA de la Policía Nacional, se desmanteló una peligrosa red de extorsionistas que operaba desde el centro penitenciario y carcelario Doña Juana, en La Dorada, Caldas. Durante la acción, que incluyó un allanamiento al pabellón 3 del penal, las autoridades registraron 75 celdas y revisaron a 160 internos, incautando numerosos elementos utilizados para la ejecución de los delitos.
Incautaciones y modus operandi de la red de extorsión
El operativo, llevado a cabo por el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA), permitió la incautación de 10 teléfonos celulares, 19 SIM cards, 4 armas cortopunzantes, y sustancias como marihuana y base de coca. Además, se descubrió un sistema eléctrico clandestino utilizado para cargar los teléfonos celulares, los cuales servían como herramienta para realizar las llamadas extorsivas desde la prisión.
Según informó el comandante del GAULA en Caldas, Diego Alejandro Restrepo, los delincuentes se hacían pasar por miembros de grupos armados organizados para intimidar a sus víctimas, utilizando información recopilada a través de redes sociales y otros medios. «Estos delincuentes logran obtener detalles específicos de sus víctimas, haciéndoles sentir vulnerables», explicó Restrepo. Si las víctimas no cumplían con sus demandas, los criminales amenazaban con hacerlas «objetivos militares», generando un ambiente de terror en sus hogares.
Colaboradores externos y amenazas de violencia
Las investigaciones realizadas por las autoridades revelaron que esta red de extorsionistas contaba con la colaboración de personas externas, quienes facilitaban los recursos necesarios para que los internos pudieran continuar con sus actividades ilegales. Estas colaboraciones externas eran fundamentales para mantener el flujo de dinero, el acceso a dispositivos móviles y otros equipos de comunicación que les permitían operar desde el interior del penal.
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Entre las tácticas que utilizaba esta red criminal para sus extorsiones estaba la exigencia de grandes sumas de dinero, así como de materiales difíciles de obtener, tales como armas y equipos de comunicación. Las amenazas de violencia eran constantes, buscando someter a las víctimas y asegurarse de que cedieran ante sus demandas.
Campaña ‘Yo no pago, Yo denuncio’
En medio de la desarticulación de esta red de extorsión, la Policía Nacional recordó a la ciudadanía la importancia de denunciar cualquier intento de extorsión. La campaña ‘Yo no pago, Yo denuncio’ sigue siendo una herramienta esencial para combatir este tipo de delitos y prevenir que más personas sean víctimas de estas organizaciones criminales.
La línea 165 del GAULA está disponible para recibir denuncias relacionadas con extorsión, siendo un canal directo para que los ciudadanos puedan protegerse de este tipo de situaciones. La Policía hace un llamado a la población a no ceder ante las amenazas y a colaborar con las autoridades para desmantelar a los grupos que se dedican a estos actos delictivos.
Las extorsiones desde centros penitenciarios han sido un problema recurrente, y este tipo de operativos muestran la capacidad de la Fuerza Pública para enfrentar a los grupos criminales que intentan ejercer control sobre la población, incluso desde el interior de las prisiones.
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