Llevan muchos años entre nosotros, pero han sido ignoradas desde prácticamente su nacimiento por gran parte de la población. Sin embargo, en 2020, todo cambió. La industria cripto comenzó un rally al alza que despertó el interés de millones y millones de personas, incluidos gobiernos. Actualmente, el sector se ha calmado y vive una fuerte corrección, lo mismo que otros mercados de renta variable. Pero las monedas digitales por fin han venido para quedarse, y por eso muchos estados, como el Colombiano, debaten sobre la posibilidad de lanzar su propia divisa digital. ¿Podría esta competir con BTC y otros criptoactivos?
Para comprender el fenómeno de las criptomonedas, hay que entender primero la dimensión que ha tomado lo digital en nuestras vidas (no en vano, el comercio electrónico aumentó más de un 40 % solo en 2020). Un caso especial es el de internet y el de los casinos en línea. El sector de los juegos de azar vive tiempos de bonanza, sobre todo en países como Colombia, donde goza de minuciosa regulación por parte de Coljuegos, el organismo encargado de velar que todo en el sector esté en orden.
Este marcado crecimiento de los casinos en línea es lógico cuando tenemos en cuenta la cantidad de ventajas que ofrecen frente a los tradicionales (algo que se puede aplicar a otras industrias online):
Con toda esta revolución digital que abarca desde el ocio hasta los detalles más íntimos (el sistema médico, por ejemplo, está ya altamente digitalizado), es normal que los gobiernos de los diferentes países hayan decidido dejar de mantenerse al margen. Con la explosión de las monedas digitales en 2020, estos comenzaron a hablar de la posibilidad de desarrollar sus propias monedas digitales. Es el caso de Colombia y el director del Departamento de Impuestos y Aduanas Nacionales, (Dian), que lleva un tiempo comentando las posibilidades de ello para evitar la evasión fiscal.
Porque una moneda de estas características mejoraría la trazabilidad de los pagos, algo que cada vez interesa más a los gobiernos, dada la espiral de deuda en la que se encuentran y de la que son incapaces de salir, y el auge de las monedas privadas. De esta forma, también se buscaría prohibir pagos en efectivo superiores a cantidades menores que las contempladas hasta ahora. Hablamos de 10 millones de pesos como límite. De momento, son todo propuestas, que, en gran medida, tienen como punto de partida el sistema de pagos PIX que ya existe en Brasil.
Además de control, el Gobierno de Colombia también busca facilitar la vida a sus ciudadanos. Un sistema de pagos digital robusto y amparado por el gobierno central facilitaría la inclusión financiera de muchos sujetos. Porque actualmente se calcula que 3 de cada 4 pagos siguen haciéndose en efectivo. Un sistema de calidad de pagos rápidos permitiría agilizar enormemente las transacciones, lo que impulsaría considerablemente la economía.
Con todo, debe quedar claro que las conocidas como CBDC (Central Bank Digital Coins) no son criptomonedas propiamente dichas. Por ello, si uno piensa en ellas como piensa en Bitcoin, estaría cometiendo un error. Es más, el propio BCE está cometiendo uno enorme al creer que un euro digital supondrá una competencia directa para el invento de Satoshi Nakamoto. Sin duda, muchos proyectos criptográficos perecerán en los últimos años, pero acabar con Bitcoin a través de monedas digitales gubernamentales es una quimera, y lo explicamos con más detalle a continuación.
Son muchas las diferencias entre ambas propuestas financieras. Se trata de un tema que daría para sesudos ensayos, pero trataremos, dentro de nuestras posibilidades, de ser breves y concisos:
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